La Guardia Civil ha alertado este viernes de que en las últimas dos semanas se ha detectado una nueva oleada de llamadas desde cárceles de Chile en el que el interlocutor simula el secuestro de un familiar y le exige una cantidad de dinero que oscila entre los 2.000 y 10.000 euros a cambio de su liberación. El 4% de esas llamadas se realizan desde España.
El Equipo de Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha elaborado un decálogo para actuar ante estas llamadas telefónicas que incide en la importancia de mantener la calma y, si es posible, dejar hablar al falso secuestrador sin facilitar datos personales ni acceder en ningún caso al pago de la cantidad exigida.
Los expertos de esta unidad, que cuentan con una gran experiencia en este tipo de secuestros virtuales --y también reales-- tanto en España como fuera de nuestra fronteras, han detectado que la cercanía de las vacaciones de verano son una fecha propicia para este tipo de delincuencia. A los participantes se les puede acusar de un delito de amenazas condicionales.
"No es ninguna broma; los llamantes se están jugando la pena de cárcel", ha explicado el capitán Álvaro Montero, jefe de este equipo de la UCO. A principios de 2015, lideró los trabajos que terminaron con la imputación de 14 personas en las cárceles de Colina I y Colina II de Chile. "Cualquiera puede ser víctima", ha advertido.
A modo de ejemplo, la Guardia Civil ha difundido una de esas llamadas en la que los delincuentes consiguieron que una persona de España les hiciera un pago de 7.600 euros. "Tu hija me la voy a cargar y vas a escuchar cómo me la cargo", decía en tono amenazante el interlocutor desde Chile, un país donde esta modalidad de delincuencia lleva tiempo creando alarma social entre sus nacionales.
MADRID Y VALENCIA
Aunque no han facilitado aún datos de las llamadas totales de esta nueva oleada de secuestros virtuales, la Guardia Civil sí ha adelantado que son cifras similares a las de principios de 2015. La mayoría de llamadas se están recibiendo en las provincias de Madrid y Valencia, seguidas de Toledo, Córdoba, Asturias, Salamanca y Castellón.
Las llamadas se efectúan aleatoriamente desde prisiones de Chile, en las que algunos internos disponen de teléfono móvil y, probablemente, de una guía telefónica de España. La Guardia Civil ha detectado que el 4% de las llamadas de esta nueva oleada se realizan desde este país, aunque en este caso por algún grupo organizado cuyos miembros no se encuentran en prisión.
Los delincuentes, para aumentar la angustia de la familia y conseguir más rápidamente el dinero del rescate, fingen la voz de la persona que dicen tener secuestrada, intercalando gritos de auxilio. Los expertos inciden en mantener la calma y, si es posible, grabar la conversación con alguna aplicación móvil, además de ponerse en contacto con la Guardia Civil.
Otra de las recomendaciones de los expertos es que, siempre que se mantenga la calma, se intente realizar alguna pregunta muy personal de la presunta víctima para que, en base de la contestación, luego puedan investigar quién o quiénes están participando en este delito. También insisten en limitar los datos personales que se difunden en las redes sociales.