El tiempo en: Ronda
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Sevilla

Mauro Herce opta por "un cine de miradas y no de temas"

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai

El director de fotografía español Mauro Herce concursa en el Sevilla Festival de Cine Europeo (SEFF) con su ópera prima como director, "Dead slow ahead", que durante dos meses y medio rodó en un carguero en alta mar para llevar a la gran pantalla lo que ha denominado "un cine de miradas y no de temas".

La película de Herce es una de las 23 óperas primas que concursan en el SEFF, en su caso en la sección Nuevas Olas, que trata de mostrar el cine emergente europeo y a la que la dirección del festival sevillano, y también su público -70.000 espectadores en total en la pasada edición- otorga la misma consideración que a la sección oficial.

Para Herce, formado en la escuela de cine de Cuba, el cine "es una forma de pensamiento; no se trata de ilustrar un tema", a la vez que adscribe su película "al cine de preguntas, más que al cine que da respuestas".

Con "imágenes alucinantes" que pueden remitir a clásicos como "Solaris", "2001" e incluso "Blade Runner", y sonidos penetrantes no siempre acompasados con las imágenes, "Dead slow ahead", alejado de cualquier planteamiento documental y de una orientación antropológica, ofrece un retrato del carguero "Hair Lady", de tripulación mayoritariamente filipina y al mando de un capitán griego.

Premio especial del Jurado en Locarno, la película, definida como "insólita" por sus propios productores franco-españoles, convierte el barco en un escenario fantasmal en el que, han señalado también sus productores, "Alien podría asomar por cualquier esquina".

Con una visión apocalíptica de un trozo de humanidad a la deriva por los océanos el filme es capaz de generar suspense sin renunciar, según ha explicado Herce en conferencia de prensa, a una "clara voluntad de abstracción" para que la historia "funcione como una metáfora".

Para lograrlo, Herce y un técnico de sonido, como único equipo de rodaje, estuvieron rodando dos meses y medio en alta mar, para lo cual hubieron de comprometerse por escrito a que, pasara lo que pasara, no harían desviar la ruta del buque, un compromiso que también asume el resto de la tripulación, por lo costoso de estos desplazamientos.

En esos dos meses y medio Herce obtuvo 180 horas de filmación que, para acabar en los 74 minutos del filme, han precisado un año de montaje en el que han valorado hasta 40 versiones distintas de la película -"se han quedado en el camino cosas muy interesantes que no han encontrado su lugar", ha asegurado el montador y coguionista, Manuel Muñoz, quien ha acompañado a Herce en la presentación del filme-.

El montaje ha sido "un proceso de depuración" para mostrar "algo que supera la contingencia personal de los personajes" y "para generar un cierto extrañamiento", según Muñoz, mientras que Herce ha señalado que, a lo largo de ese proceso, "la película ha ido apareciendo poco a poco aunque su estructura ahora parezca clara y rotunda".

El crítico Carlos Reviriego, que ha hecho de maestro de ceremonia en la presentación del filme, ha señalado que "Dead slow ahead" ayuda a reflexionar sobre "qué es una película y qué es una experiencia audiovisual en pleno siglo XXI", y que verla en la sala de proyecciones "remite a la experiencia de los primeros espectadores de cine" cuando asistieron "a algo que nuestros ojos aún no conocían".

También la ha descrito como "una inmersión fascinante y sensorial, tanto en lo sonoro como en lo visual, que roza la abstracción en ese universo de los grandes buques de carga para entrar en la vida y el alma" de uno de estos grandes monstruos marinos.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN