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Sevilla

Suspendido el juicio contra el acusado del atropello de Montes Sierra tras renunciar a su abogado

La renuncia se ha producido cuando ya se estaba constituyendo el jurado popular, un hecho inaudito en Sevilla

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El juicio contra Jonathan S.B., para quien la Fiscalía de Sevilla pide 20 años de cárcel por atropellar mortalmente con su vehículo a un joven el 22 de febrero de 2014 en la avenida Montes Sierra de Sevilla, ha sido suspendido después de que el acusado haya renunciado a su abogado defensor cuando ya se estaba constituyendo el jurado popular encargado de enjuiciarlo.

   Fuentes judiciales han informado de que el juicio se ha suspendido este mismo lunes, cuando ya se estaba eligiendo en la Audiencia Provincial de Sevilla al segundo miembro del jurado, algo que no había sucedido en la historia de los juicios con jurado celebrados en Sevilla.

   Según las fuentes consultadas, el acusado ha renunciado a su abogado defensor al entender que la Fiscalía le pide una excesiva pena de cárcel por estos hechos, pues hay que recordar que el Ministerio Público le pide, por un delito de asesinato, 20 años de prisión y el pago de una indemnización de 300.000 euros a favor de los padres, los dos hermanos, la exnovia y las hijas gemelas de la víctima, identificada como Francisco Javier Gómez.

   Una vez se ha suspendido el juicio, tendrá que procederse a un nuevo sorteo para designar a las personas del jurado encargadas de enjuiciar al imputado, por lo que el inicio del juicio podría posponerse, al menos, hasta el próximo mes de mayo.

   En su escrito de acusación, consultado por Europa Press, la Fiscalía relata que los hechos tuvieron lugar el 22 de febrero de 2014, cuando el acusado se encontraba en el bar 'La Trocha', en la avenida Montes Sierra, junto a más personas, entre ellas el fallecido, que estaba "en lamentable estado de intoxicación por haber consumido gran cantidad de alcohol y de cocaína a lo largo de la noche".

   Así, el fallecido "se puso a molestar" a las personas presentes en el establecimiento, por lo que fue expulsado del local sobre las 7,24 horas tras recibir varios golpes y empujones y sendas bofetadas propinadas por el acusado y el dueño del bar, quienes lo tiraron al suelo hasta que consiguieron que abandonara el lugar, cerrando seguidamente las persianas metálicas para continuar la fiesta dentro.

   La víctima, "furiosa" por su expulsión del local, decidió regresar al mismo dos minutos después con una botella de cristal en la mano con la que se puso a "aporrear" la persiana metálica, dando "grandes" voces para que le abrieran hasta que, en un momento dado, salió el acusado junto al dueño y al portero del bar.


"VENGANZA"

   "Tan pronto" como el fallecido vio al imputado, "se abalanzó sobre él y le golpeó" con la botella en el cuello, produciéndole un corte que le hizo sangrar, tras lo que, dada la inferioridad numérica en que se encontraba, huyó corriendo por la avenida en dirección al centro comercial Los Arcos, es decir, "en dirección completamente opuesta y situada hacia la derecha del local".

   El imputado, "en venganza" por lo sucedido, decidió en ese momento salir en persecución de la víctima conduciendo su propio coche, dice el fiscal, que añade que, "creyendo que el acusado se dirigía al hospital a curarse de las heridas", el dueño del local se ofreció a conducir el vehículo, a lo que el acusado se negó "en rotundo", arrebatándole "violentamente" las llaves e insistiendo en conducir él.

   De esta manera, tanto el dueño como el portero del bar y una tercera persona se montaron en el coche para acompañar al acusado, quien comenzó a seguir la ruta de huida que había tomado el fallecido y, "al intuirlo a lo lejos caminando de espaldas por la acera, decidió embestirlo directamente" con su vehículo.


"BRUTAL" ATROPELLO

   Para ello, el acusado frenó y desvió su trayectoria, subiéndose a la acera, circulando por encima de la misma en línea recta por espacio de 26 metros y acelerando durante dicho trayecto, "buscando con ello causarle la muerte o pudiendo racionalmente prever que ésta se produciría necesariamente tras el brutal atropello, y con ello anular cualquier posibilidad de defensa o de reacción" por parte del afectado.

   Entre tanto, "al temerse por las maniobras del acusado un fatal desenlace", sus acompañantes "le rogaban insistentemente que parara, a lo que el imputado hizo caso omiso", sostiene la Fiscalía, que relata que, "finalmente, y teniendo de frente a Francisco Javier, lo arrolló brutal y deliberadamente cuando se encontraba desprevenido caminando por la acera, pasándole el vehículo completamente por encima", atropello que se produjo a 117 metros del bar.

   Tras el atropello, el procesado regresó al local "a toda velocidad, saltándose cuantos semáforos en rojo se encontraba a su paso", quedándose en el bar sus tres acompañantes y recogiendo el acusado a su novia, tras lo que se fueron al Hospital Virgen del Rocío, donde fue asistido sobre las 7,50 horas de las heridas sufridas, recibiendo el alta dos horas después.
LESIONES MORTALES DE NECESIDAD

   De su lado, la víctima quedó tendida en el suelo y no falleció en el acto, sino que tardó "como mucho" tres minutos en morir a consecuencia de un politraumatismo severo con lesión de los principales centros vitales y un shock hipovolémico, por lo que al llegar el 061 al lugar "era ya cadáver". Aún así, la entidad y la gravedad de las lesiones producidas era tal que hubiera resultado inútil cualquier tipo de asistencia, al tratarse de lesiones mortales de necesidad.

   El fallecido, de 31 años en el momento de los hechos y que se dedicaba a la limpieza de coches de alquiler, tenía dos hijas gemelas de cinco años.

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