Sus muros, ahora deteriorados por el paso del tiempo, fueron testigos de las penas de miles de reos de toda la provincia. Ahora, la antigua prisión de Málaga abrirá sus puertas, pero para dar rienda suelta a la creatividad de los artistas locales.
Las viejas celdas, el patio o los espacios comunes de la prisión se convertirán en espacio experimental multidisciplinar, dando respuesta a una demanda histórica para los vecinos de Cruz de Humilladero: rescatar del olvida este enorme edificio. Este lunes, la concejala de Cultura y la edil del distrito visitaban junto a la prensa las instalaciones.
El Ayuntamiento invertirá de momento 120 mil euros en adecuar y recuperar una primera zona de 2.000 metros cuadrados. Aunque el proyecto puede dar para más, a tenor de los 9.000 metros con los que cuenta la espaciosa cárcel, de 1933, cuyos alrededores dan prueba del abandono que ha sufrido también en su interior.
Rehabilitarla en su conjunto para acoger un laboratorio de ideas y factoría de producción podría necesitar 6 millones de euros, para lo que el Consistorio malagueño ya estudia echar mano de fondos europeos en un proyecto más ambicioso, aún por diseñar. De momento, será, según han anunciado, la primera prisión que pasa a ser un centro activo de creación, aunque los vecinos continúan insistiendo en que necesita espacios sociales y para jóvenes desempleados.