Unas de las grandes cuentas pendientes que el beticismo reclama al consejo de administración del Betis pese a la relativa estabilidad que vive el club en estos días, es el anuncio por parte de la entidad bética de manera definitiva, de quien se convertirá de forma permanente, en el entrenador del primer equipo.
El baile de nombres que a lo largo de la temporada han ido perfilándose como futuribles sustitutos de Julio Velázquez, ahora parece que el cerco se ha estrechado y el foco (con algún tapado que parece atisbarse entre bambalinas), se centra fundamentalmente en tres principales candidatos.
Por un lado, el que en estos momentos ostenta dicho cargo, Juan Merino, no ceja en su empeño de demostrar intensivamente que tiene cualidades suficientes para manejar el barco y llevarlo hasta buen puerto; circunstancia que ha sorprendido gratamente a los que mandan y que con el paso de las horas, descartan cada vez menos la posibilidad de que el gaditano se quede.
Como contrapuntos, dos figuras con pasado bético glorioso; pues en el día de ayer se cumplía un año, desde que Pepe Mel fue despedido como técnico del Betis y es ahora, cuando el madrileño ansía recuperar su puesto; aunque en esta ocasión, con más poder de decisión dentro de la secretaría técnica. Pretensiones que en estos instantes están más que dispares con respecto a las de la planta noble.
El tercero en discordia, Lorenzo Serra Ferrer, anda intentando ‘colocar’ en Mallorca sus acciones. Pero la reunión que tenía consensuada este martes, ha acabado suspendiéndose y con el balear, una vez más, atrapado.