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Cristiano y Benzema aplastan al Athletic

El equipo de Carlo Ancelotti, que recuperó a su once de gala, hurgó en la inestabilidad anímica del Athletic

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Cristiano Ronaldo y Karim Benzema se repartieron la cosecha ante el Athletic, que salió aplastado del estadio Santiago Bernabeu con síntomas preocupantes y en plena crisis, incapaz de inquietar, si quiera, al Real Madrid, que progresa a ritmo de goleada.

El equipo de Carlo Ancelotti, que recuperó a su once de gala, hurgó en la inestabilidad anímica del Athletic, lastimado por el cúmulo de malos resultados que le han ubicado, inesperadamente, entre los puestos de descenso y con el futuro europeo bajo sospecha.

Fue el del Bernabeu el séptimo partido en cadena sin ganar. El quinto en la Liga, de los que ha perdido cuatro. Un punto sobre quince. Las urgencias acechan al equipo vasco que no gana desde el 30 de agosto pasado.

Es superior el cuadro de Ancelotti, que sumó su sexta victoria consecutiva para formar parte ya de la cabeza de la tabla. No termina de encontrar la postura el once blanco, que echa en falta a veces continuidad y donde su equilibrio se tambalea. Sin embargo, es tanta la calidad de sus futbolistas que salen del apuro de forma individual. Al menos en los partidos de trámite.

Nada le sale ahora al Athletic. Lejos del espíritu de Nápoles. A pesar de ello, Ernesto Valverde optó por una disposición atrevida. Tal y como planteó en el Camp Nou fijó las líneas adelantadas. Con una firme presión desde sus atacantes para intentar ahogar la salida de balón de su rival.

Echó por tierra el Real Madrid las intenciones del preparador cuando tomó ventaja en el marcador a los tres minutos. En una combinación de Dani Carvajal y Gareth Bale que terminó con un centro del galés al segundo palo, donde esperaba Cristiano Ronaldo para llevar de cabeza el balón a la red.

Estaba a gusto el Real Madrid, especialmente con el undécimo gol del astro portugués. Acusó el Athletic el mazazo y el cuadro de Carlo Ancelotti se movió a su antojo algunos minutos. Con combinaciones rápidas especialmente por las bandas, que dejaron en evidencia las dificultades de Óscar de Marcos con Marcelo y de Balenciaga con Bale.

El Real Madrid no aprovechó su prometedor arranque. Decayó su ritmo y el Athletic empezó a salir de su guarida. Tomó el balón y puso a prueba a la zaga blanca en varios saques de esquina sin culminación.

Esperó a transitar al contraataque el equipo madridista, presa una y otra vez de la trampa defensiva de su rival, con la zaga adelantada, que provocaba el ahogo blanco en el fuera de juego.

Iker Casillas solventó bien una volea de Iker Muniaín en la principal acción de peligro de los visitantes. Iraizoz, sin embargo, se dejó ver más. Casi siempre con acierto. Pero no pudo hacer nada en el remate de cabeza de Karim Benzema al borde del descanso, que supuso el segundo gol del Real Madrid.

Se encontró el cabezazo a bocajarro el meta vasco a un córner botado por Luka Modric. Una losa para el equipo de Valverde, que hasta entonces sentía seguir con vida en el partido.

Valverde recurrió a Ibai, en lugar de Beñat, tras el descanso, mientras Ancelotti pretendió revitalizar su zaga con la entrada de Raphael Varane en vez de Sergio Ramos, condicionado por una tarjeta amarilla.

Solo un gol rápido podía devolver al Athletic a la pelea. Carece de capacidad de reacción el cuadro de Valverde, que no hace mucho ofrecía batalla hasta el final. En esta ocasión, dio la sensación de carecer de fe y de bajar totalmente los brazos cuando una nueva combinación entre Bale y Cristiano supuso la tercera diana blanca. Con más de media hora aún por completar.

Con la rodilla inclinada de su rival la tarea fue aún más fácil para el Real Madrid alentado por los espacios permitidos por un equipo entregado. En uno de ellos, Modric dejó vía libre a Cristiano, que cedió el gol a Benzema. El cuarto.

El quinto fue también de Cristiano. Casi sin querer, de rebote y en plena exhibición de Isco, que reivindica más minutos cada vez que salta al terreno de juego.

Solo las intervenciones de Iraizoz evitaron un marcador abultado. Y un castigo mayor para el Athletic, al que el parón competitivo por los compromisos de la selección deben servirle de terapia.

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