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Psicólogos proponen la mediación como método para resolver conflictos puntuales entre padres e hijos

Para negociar conflictos de la vida cotidiana en familia

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El Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia ha creado una bolsa de profesionales en la mediación, un servicio útil para la resolución de conflictos familiares puntuales, de carácter práctico y en un tiempo limitado, que no requieren un tratamiento terapéutico más profundo. En concreto, estos especialistas se encargan de mediar entre padres e hijos en conflictos relacionados con las normas o los límites como, por ejemplo, los horarios de llegada a casa o la realización de tareas domésticas, entre otras cosas.

   En el ámbito familiar, los mediadores también pueden resultar útiles en la resolución de otras situaciones de tensión como las actitudes de los hijos, el vocabulario utilizado por ambas partes, las expresiones más o menos agresivas, las relaciones conflictivas relacionadas con comportamientos despectivos, con no reconocer a veces a los padres, la asunción de responsabilidades familiares o el cumplimiento del rendimiento académico.

   Así lo ha hecho saber en declaraciones a Europa Press el psicólogo y mediador familiar, Salvador Godoy Fernández, quien explicó los pormenores de esta especialidad en el ciclo de tertulias 'Miércoles de Mediación', organizada conjuntamente por el Ayuntamiento de Murcia y el Punto Neutro de Promoción de la Mediación (PNPM) para la Región.

   Godoy, adscrito al Colegio Oficial de Psicólogos de la Región y con amplia experiencia en este ámbito de la mediación, explica que los conflictos "son normales" en cada uno de los periodos vitales que suele atravesar una familia y, especialmente, en la adolescencia. Es la capacidad que tiene la familia de gestionarlos positivamente, lo que inactiva el conflicto y lo vuelve, por el contrario, motor de cambio y crecimiento personal para cada uno de los integrantes de la familia.

MEDIACIÓN EN CASOS FAMILIARES

   En este sentido, señala que la mayoría de estos conflictos puntuales "se resuelven" mediante la Orientación Familiar y/o la mediación, aunque explica que es necesario abordarlos "cuanto antes". Lo ideal, añade, sería que hubiera espacios sociales para preparar a las personas a ser padres, "al igual que se nos exige un carné de conducir para salir a la calle o para pilotar un vehículo sin producir daños".

   A su juicio, lo "más sorprendente y curioso", es que la sociedad no exige a los progenitores "ninguna capacitación", más allá de la capacidad de reproducirse biológicamente. Por tanto, lamenta que los padres y las madres se ven abocados a tener que cumplir con su rol como buenamente pueden.

   Cuando los padres ven que la situación "se les va de las manos", recurren al profesional, pero Godoy explica que no es lo mismo abordar el problema tarde que al principio, al igual que "no es lo mismo pillar un cáncer en un estado de metástasis que detectarlo al principio".

   Así pues, aclara que la mediación es muy útil, especialmente cuando la familia no tiene relaciones disfuncionales, relaciones patológicas o problemas muy graves. La mediación sirve para resolver conflictos que, de no abordarse, se pueden complicar, generando una conflictividad permanente, pero en caso de problemas graves, Godoy recomienda que el profesional valore que estrategia puede resultar más útil a la familia para aprender a resolver sus propios conflictos: "si sólo mediación, si orientación familiar y mediación, o iniciar un proceso terapéutico, para trabajar de forma terapéutica con el grupo familiar".

   La ventaja de la figura profesional del psicólogo con formación en mediación es que su competencia profesional le permite, valorar y orientar a cada familia, la intervención profesional que mejor se adecua a su problemática y sus circunstancias psicosociales.

   Si los problemas son de carácter puntual, la mediación sirve para crear una cultura diferente sobre las dificultades y los problemas, buscando las soluciones más pacíficas posibles e implicando a padres y a hijos en la resolución del problema.

   El objetivo, añade, es intentar que los hijos vayan adquiriendo un poco más de responsabilidad y se impliquen de manera activa en la resolución del problema. Asimismo, el mediador ayuda a los padres a entender que este proceso "no es malo" y que no cuestiona su autoridad sino que, al contrario, favorece el proceso de autonomía del hijo.

   Y es que los padres "tienen que ir soltando cuerda e ir entendiendo que tiene que ir cogiendo espacio, porque crecer es experimentar y eso, a veces, conlleva ciertas caídas, golpes y riesgos que forman parte del vivir". De lo contrario, advierte que los padres caen en actitudes sobreprotectoras que hacen sentir a los chicos inseguros cuando no están en un contexto de protección.

   Los mediadores, por tanto, habilitan espacios en los que padres e hijos pueden hablar, mirarse y dialogar, algo "muy importante" sin perder de vista que el hijo es menor de edad y que, en caso de discrepancia o de no llegar a un acuerdo, quien tiene la última palabra son los padres.

   Así, explica que los hijos deben ser conscientes de que estos espacios de mediación les convienen, porque van a obtener beneficios a cambio, aunque tienen que poner algo de su parte. El objetivo es que los padres cambien su mirada hacia los hijos, y los menores puedan incorporar también la realidad de los padres.

   Godoy señala que los padres no pierden en ningún momento la autoridad. De hecho, considera conveniente aclarar a los padres la diferencia entre autoridad, que es sentar normas razonables explicándolas de forma clara a los hijos, y autoritarismo, que consiste en aplicar normas sin fundamento ni razonamiento.

   Así pues, llama la atención sobre el hecho de que los padres muchas veces aplican un patrón antiguo, cuando las cosas se hacían "porque sí". Al contrario, explica que los adolescentes hoy día están preparados y educados para el diálogo y para comunicar, por lo que los progenitores "se siete muchas veces en desventaja, sin habilidades".

   Este mediador recomienda a los padres asumir con normalidad que la llegada de sus hijos a la adolescencia les va a desplazar del lugar que han tenido hasta ese momento como "reyes", siendo sustituidos por los amigos.

   En segundo lugar, les aconseja desarrollar habilidades para la comunicación con un adolescente y, en tercer lugar, aprender a negociar con los hijos, estableciendo normas que no son discutibles, como el hecho de que no se admite la violencia, pero otras sí que se pueden negociar, como el horario de llegada. "Y un aspecto muy importante, la adolescencia también tiene momentos buenos, por eso es importante que los padres y madres aprendan a buscar y percibir todo lo bueno y maravilloso que va naciendo y expresándose en sus hijos", añade.

LA IMPORTANCIA DEL PERFIL PROFESIONAL DEL MEDIADOR

   En este sentido, Godoy remarca que la reciente figura profesional del mediador "no es realmente una profesión como se pueden entender la mayoría", sino que es una nueva figura profesional que va adquiriendo ahora un marco legal en España con el que regular mejor su ejercicio.

   Hay distintos ámbitos en los que se puede aplicar la mediación: Familiar, civil, mercantil, comunitaria, educativa, etcétera, y quienes se han formado como mediadores, proceden de otras disciplinas en las que se han formado previamente, como la psicología, el derecho, trabajo social, educador social, entre otras.

   Godoy explica que el psicólogo es el profesional cuya formación le convierte en experto para comprender y ayudar a cambiar el comportamiento personal y las relaciones humanas. En este sentido, la figura profesional del Mediador desempeñada por un Psicólogo, añade un plus, de calidad, que se traduce en un repertorio profesional más amplio para acompañar y facilitar que la familias encuentren respuestas eficaces a sus problemas familiares.

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