Los trabajadores de Transportes Rober, empresa concesionaria del transporte público de autobuses de Granada, afirman sentirse "desbordados" tras la incorporación de la Línea de Alta Capacidad (LAC), dado que la mayoría de usuarios recurren a ellos para despejar sus dudas sobre el nuevo servicio y el informarles, no sólo supone "una carga extra de trabajo", sino que favorece el retraso en la frecuencia de las líneas.
Desde el comité de empresa de Rober afirman que existe un "gran desconocimiento" de los ciudadanos, especialmente los mayores, que "no saben qué autobuses coger o a qué paradas dirigirse", lo que en ocasiones genera tensiones y "protestas" que "muchas veces" van dirigidas a los conductores de los autobuses.
Aunque se muestran conscientes de que "son los primeros días" de prueba, los trabajadores han percibido que los vehículos de la LAC están "masificados", al haber un "exceso de demanda" de usuarios por el recorrido del eje central de la capital, mientras que en otras zonas se están registrado "frecuentes saturaciones de tráfico" que propician retrasos en las frecuencias.
En este contexto, las mismas fuentes han explicado que algunos conductores serán reubicados como una especie de revisores o informadores hasta que el cuerpo de revisiones esté creado --el servicio está siendo gratuito estos días--.
Centrarán buena parte de su labor en controlar los horarios de las distintas líneas y analizar las frecuencias, todo ello en el marco de una iniciativa que será voluntaria para los empleados y que no supondrá una merma de sus condiciones económicas.
En materia laboral, desde el comité han explicado que la nueva LAC no ha supuesto despidos sino que está generando más trabajo y se están produciendo nuevas contrataciones de conductores, mientras que las negociaciones del futuro convenio del sector se aplazarán previsiblemente hasta después del verano, favoreciendo también que continúen cuando el escenario del servicio esté más definido tras los cambios incorporados.