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El gorrilla acusado de matar a otro dice que sólo intentó defenderse

Enrique C. S, el \'gorrilla\' para quien el fiscal pide 12 años de cárcel por matar a otro de una patada en la cabeza durante una pelea, ha negado haber golpeado ni agredido a la víctima y ha asegurado que sólo intentó defenderse después de que el fallecido intentara agredirle con una barra de hierr

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Enrique C.S., el gorrilla para quien la Fiscalía pide 12 años de cárcel por matar a otro de una patada en la cabeza durante una pelea en la calle Resolana de Sevilla capital, ha negado este lunes haber golpeado ni agredido a la víctima y ha asegurado que únicamente intentó defenderse después de que el fallecido intentara agredirle con una barra de hierro.

   Durante su declaración en el juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, el acusado ha relatado que el día de los hechos, el 13 de abril de 2013, la víctima "quiso quitarle su zona de aparcamiento", por lo que se sintió "coaccionado" y comenzaron a discutir junto a un bar de la Resolana.

   Al hilo, ha señalado que, en un momento dado, el fallecido sacó una barra de hierro de una bolsa e intentó darle en la cabeza, por lo que el imputado esquivó el golpe y se "defendió" usando para ello las manos, tras lo cual la víctima se cayó hacia atrás.

   A continuación, "me fui de allí, porque yo pensaba que se iba a levantar", ha dicho el acusado, que ha querido dejar claro que en ningún momento agredió al fallecido con puñetazos o patadas en la cabeza ni tuvo intención de matarlo, negando asimismo que lo golpeara contra una puerta con barrotes de hierro, como sostiene la Fiscalía.

   El imputado ha relatado que, posteriormente, unos "chiquillos" fueron a buscarlo para comentarle que "había una persona que se encontraba mal", por lo que de manera "voluntaria" se dirigió hasta el lugar donde lo había dejado previamente "porque estaba preocupado" y con el fin de "socorrerlo".

   Cuestionado por el fiscal sobre cómo falleció entonces al agredido, el acusado ha opinado que "a lo mejor murió del golpe que se dio cuando se cayó hacia atrás".

   Por último, el imputado ha reconocido que es drogadicto desde el año 1974 y que el día de los hechos había consumido metadona, pastillas y "un litro y medio" de cerveza y vino, mientras que, según ha dicho, el fallecido "iba embriagado".


DOS TESTIGOS VIERON AL ACUSADO GOLPEANDO A LA VÍCTIMA

   Tras el acusado, han declarado dos testigos, uno de los cuales ha asegurado que vio cómo el acusado discutía con el fallecido y, en un momento dado, el primero de ellos "le pegó un empujón y lo dejó caer contra una puerta". "Cuando la víctima fue a levantarse, le dio una patada en la cabeza", ha precisado.

   "Cuando le dio la patada, yo sabía que lo había matado", ha aseverado muy gráficamente este testigo, que ha declarado protegido por una mampara y que, no obstante, ha reconocido también que la víctima portaba en sus manos un hierro "pequeño" durante la pelea con la que "en ningún momento" golpeó al acusado.

   A su juicio, ambos se encontraban "ebrios", ha afirmado el testigo, mientras que una segunda testigo ha señalado que pudo ver desde lejos cómo el imputado pegaba un empujón a la víctima "y lo estrellaba contra un portal".

   La Fiscalía pide para el imputado 12 años de cárcel y el pago de una indemnización de 124.000 euros a las dos hijas de la víctima por un delito de homicidio.

   Según relata en su escrito de acusación, consultado por Europa Press, los hechos tuvieron lugar sobre las 19,00 horas del 13 de abril de 2013, cuando el acusado inició una discusión con un conocido suyo "acerca de las propinas recibidas por ayudar a aparcar vehículos".


LOS HECHOS

   La discusión "fue subiendo de tono" hasta que el procesado comenzó a golpear al fallecido, propinándole varios puñetazos en la cabeza y empujándolo contra una puerta con barrotes de hierro de un inmueble de la calle, "contra la que le golpeó en la cara en varias ocasiones" y donde "lo arrinconó y siguió dando golpes".

   Tras ello, el fallecido cayó al suelo, donde el imputado continuó dándole patadas en todo el cuerpo y "especialmente" en la cabeza. Cuando intentó levantarse, le propinó una última patada en la cabeza que le hizo caer de nuevo al suelo, quedando tendido en él mientras el encausado se alejaba del lugar.

   Como consecuencia de los golpes recibidos, la víctima sufrió un traumatismo raquimedular y una hemorragia intercraneal que le produjeron la muerte inmediatamente, sin que las asistencias médicas que se presentaron en el lugar minutos más tarde pudieran hacer nada para reanimarlo.

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