El Rayo Vallecano, con una actuación sobresaliente de Iago Falque, autor de dos goles de bella factura en sendas jugadas individuales, se reencontró con la victoria en casa cuatro meses después, al golear a un débil Málaga (4-1), que jugó toda la segunda parte con uno menos por expulsión de Sergio Sánchez.
Inmejorable ambiente de fútbol el que hubo en Vallecas, con una de las mejores entradas de público de la temporada, principalmente por el llamamiento que hizo la directiva franjirroja poniendo precios populares para que la afición acudiera al estadio a apoyar a su equipo en un choque clave por la permanencia tanto para el Rayo como para el Málaga.
El conjunto madrileño fue el que salió al césped con mayor intensidad y suyos fueron los primeros acercamientos con peligro del partido, uno de ellos incluso antes del primer minuto con un disparo dentro del área de Alberto Bueno que atrapó el argentino Willy Caballero.
Esa tónica fue la que seguiría el encuentro durante la primera mitad, con un Rayo tratando de llevar la iniciativa ofensiva, buscando el balón y arriesgando poco en la zona defensiva ante un Málaga demasiado timorato en ataque que solo dio sensación de peligro con dos disparos desde fuera del área del chileno Pedro Morales a los 6 y 22 minutos.
Mediada la primera mitad, cuando el partido parecía que había bajado de intensidad y ritmo, una genialidad de Iago Falque abrió el marcador para los locales. El extremo gallego recibió el balón en el costado derecho, se zafó de dos defensores con sendos regates a la carrera y, ante la salida de Caballero, ajustó su disparo al primer palo.
Ese gol supuso una liberación para el Rayo, muy necesitado de puntos debido a las muchas jornadas que lleva en descenso, pero más lo fue el segundo, obra del defensa Anaitz Arbilla apenas dos minutos después con un remate desde la frontal que tocó en Camacho antes de alojarse en el fondo de las mallas.
Los dos goles en contra hicieron mella en el Málaga que, lejos de reaccionar, siguió jugando al ritmo que marcaban los locales, que ampliaron su diferencia antes del descanso con un tanto de penalti del argentino Joaquín Larrivey y que además supuso la expulsión del central Sergio Sánchez al ver la segunda cartulina amarilla.
En el descanso, el técnico alemán del Málaga Bernd Schuster, que tuvo que ver el partido desde la grada por sanción, dio entrada sobre el césped al lateral izquierdo Casado y al centrocampista Darder con el objetivo de frenar las acometidas del Rayo y basar sus opciones de gol en jugadas a la contra o errores del rival.
Esa poca exposición del Málaga permitió al conjunto local seguir asfixiando a su rival en defensa, sobre todo a raíz de la salida del guineano Lass Bangoura, que creó mucho peligro por el costado derecho.
A los 62 minutos, Iago Falque culminó una tarde de ensueño con otra genialidad. El gallego ésta vez recogió el balón por la izquierda, se marchó del argentino Marcos Angeleri con un caño y remató cruzado ante Caballero para marcar su segundo gol de la temporada y reivindicarse en el once con su actuación.
El Málaga, aprovechando la relajación del Rayo, recortó distancias por medio del ucraniano Oleksandr Iakovenko, que remató a placer un buen centro desde la derecha, pero pudo aún marcar algún gol más en los minutos finales con un cabezazo de Flavio que se marchó por alto o un disparo del marroquí Nordin Amrabat que Rubén despejó.