La próxima semana darán comienzo los trabajos de apuntalamiento de la fachada del Palacio Winthuyssen, lo que permitirá la posterior retirada del andamiaje y la liberación de ese trozo de la acera de la calle Larga. Así lo han confirmado desde el área de Urbanismo que han añadido además que estos trabajos han sido demandados y ordenados por Disciplina Urbanística, culminándose ahora un largo proceso para el que ha sido necesaria la colaboración de la entidad financiera actual propietaria del histórico edificio.
La concejala del área, Leocadia Benavente, señala que desde el Área se ha instado a la ejecución de dicha obra por parte de la propiedad del inmueble, que, según la legislación vigente, es la obligada a mantener en buen estado de uso y conservación el inmueble y, por tanto, a acometer los trabajados de mejora.
La obra consistirá en estabilizar la fachada desde el interior del edificio, para lo que tienen que realizar un apuntalamiento sustitutivo del andamiaje exterior mediante una estructura auxiliar de perfiles metálicos, según queda recogido en el informe técnico.
Cabe destacar que el apuntalado de forma preventiva de la fachada, mediante un entramado de andamiaje metálico en la vía pública, además de una mala imagen para la zona, lleva años provocando problemas e inconvenientes para los viandantes. De ahí que se haya hecho necesario replantearse el apuntalamiento de seguridad hacia el interior de la propia finca, mediante una estructura auxiliar de perfiles metálicos.
Igualmente, se ha informado que desde el Ayuntamiento se ha requerido a los propietarios del inmueble a que revisen los balcones y cornisas que presentan daños y deterioros para evitar posibles desprendimientos, con el consiguiente riesgo de caída de material a los viandantes. También deberán proceder a la limpieza interior de la propiedad y los vanos de los muros deberán ser macizados, para su conservación.
Todas estas obras de resanado, reparación y refuerzo de los muros, además de la limpieza interior son necesarias para realizar una correcta conservación de la finca con unos mínimas condiciones de seguridad, salubridad, funcionalidad y ornato público de la propiedad.
