Las autoridades forenses egipcias han anunciado este jueves que un total de 398 personas murieron en el asalto llevado a cabo el 14 de agosto por el Ejército contra las sentadas protagonizadas por seguidores del expresidente Mohamed Mursi, derrocado el 3 de julio tras un golpe de Estado, en las plazas cairotas de Rabaa al Adaweya y Nahda.
En su informe final, ha cifrado en 377 el número de fallecidos en Rabaa al Adaweya, mientras que ha colocado el 21 el número de muertos en Nahda, según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'. Hasta ahora, el Gobierno había hablado de 600 muertos, mientras que la organización islamista Hermanos Musulmanes había elevado la cifra hasta los 4.500.
En el mismo ha agregado que durante las operaciones contra las acampadas y en los enfrentamientos registrados posteriormente durante la jornada murieron 55 miembros de las fuerzas de seguridad. Un total de diez fallecimientos se registraron en la capital.
Asimismo, ha indicado que un total de 726 manifestantes y 146 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto a causa de los enfrentamientos registrados como resultado de la represión de las fuerzas de seguridad en el periodo que va desde el asalto a las acampadas hasta el 13 de noviembre.
Las cifras son sustancialmente menores que las publicadas en octubre por la organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) que cifró en octubre en 1.300 el número de muertos en las protestas y a consecuencia de la violencia política. De esta cifra, detalló que 483 murieron en el desalojo de las acampadas, entre ellas nueve agentes.
Tras el asalto a las acampadas, el primer ministro, Hazem al Beblawi, afirmó "no sentir remordimientos" por el fallecimiento de manifestantes durante el desalojo de las protestas y añadió que "el número de muertos (provocados por la intervención) es de sólo varios cientos, quizá cerca de mil".
