La clausura del José del Cuvillo cierra la actividad deportiva y compromete a un club que obligatoriamente necesita reconducir su situación lo antes posible. De la manera más rápida y de la forma más urgente. La viabilidad de éste está en juego. Alargarse en el tiempo es abocarse a un final cantado.
Al mismo tiempo abren unos interrogantes ante un escenario demasiado complejo y con demasiadas preguntas como para poder tener unas perspectivas claras, de encontrar una salida satisfactoria lo antes posible.
Cuestiones que deberán ser contestadas para entender todo cuanto está ocurriendo.
Retomar las negociaciones, cerrarlas y llegar a un acuerdo satisfactorio se antojan tan necesarios como claves. El paso de los días dará movimientos y titulares que marcarán el devenir de las semanas de un lado u otro.
- Club
El papel del Recreativo desde su fundación ha sido la de construir una estructura de formación al amparo del Racing Portuense. Es una de las cuestiones más meridianas de todas las que existen.
La filialidad mantenida con el Racing durante tres años le sirvió para controlar la parcela formativa de jóvenes jugadores, ir aportando futbolistas al primer equipo y la de crear una cantera hasta entonces inexistente. En cambio, ni que decir tiene, el provecho de uno fue beneficiando al otro, que fue creciendo para ir ampliando el número de categorías y el número de equipos, hasta llegar hasta los 10 que compiten. Todo ello sin contar con la Escuela Deportiva creada hace dos años.
La temporada pasada se llegó a competir incluso con un equipo de fútbol playa. La organización fue creciendo, al igual que la actividad en torno al José del Cuvillo.
Este medio se hacía eco el 25 de junio de los encuentros mantenidos en aquel entonces con el propio Ayuntamiento para adecuar un acuerdo verbal y suscribirlo a un documento. El propio club presentaba el 28 de mayo una solicitud en el Consistorio para que la entidad portuense, el Recreativo, pudiera tener, bajo amparo legal, el uso y disfrute de las instalaciones del José del Cuvillo. Según ha podido sabe este periódico, esa documentación aún no ha sido firmada.
Un acuerdo, no una nueva concesión. La anterior, vigente hasta 2041, no sólo hubiese sido considerado impopular por parte de otros clubes deportivos al entenderlo injusto, sino a todos los efectos fuera de la ley. En aquella reunión, los miembros de la junta gestora racinguista estaba encabezada por Pedro Terrada, Manolo Muñoz Miranda y Antonio Flor Jiménez -actual presidente del Recrativo Portuense- mantenían una reunión en el Ayuntamiento con el alcalde Enrique Moresco y el concejal de Deportes, Francisco Aguilar.
Legalizar la situación era objetivo más que prioritario por parte del club. En aquel entonces ya existía cierto temor, tal y como ha ido confirmando los acontecimientos con el paso del tiempo, que una intervención judicial tenía muchos visos de ser realidad.
- Concursal
Mientras el Racing Portuense aguarda su liquidación en el Mercantil a la espera de ser historia, su Concurso y como efectos colaterales, se ha colado por entero, escribiendo un nuevo capítulo.
Éste, sin patrimonio, ha dado lugar a que la Concursal haya tomado el único activo con el que cuenta para hacer frente a los acreedores, mientras dure el procedimiento abierto. La vinculación, detallada y manifiesta en el auto judicial, la Administración Concursal no ha dudado en describir judicialmente y bajo el auto de cierre del estadio, vinculaciones que van más allá de colores parecidos y “logotipos“.
El planteamiento esgrimido el día que se recogió las llaves, un día después de embargar la taquilla, fue claro y directo: “si sois el Racing heredáis la deuda; si sois el Recre no podéis utilizar las instalaciones“, al entender que la entidad genera unos ingresos en detrimento de los acreedores, que no cobran y en cambio, mientras estos, según Yolanda Morales, sí tienen un destino cuanto poco claro.
La actuación judicial, salvaguarda los intereses del Concurso y según recoge el auto, la posición del Recre es “colocarse en la posición del Racing Club Portuense y constituiría un fraude de acreedores”, con la clara intención, según éste, para “eludir la subrogación de la deuda” y quedar “libre de carga“.
La “ocupación”, según se recoge, sin autorización es exclusivamente deportiva y sin la actividad del Racing Portuense no tiene necesidad de uso del estadio ni justifica que el mismo permanezca abierto. De ahí, que el cierre del Cuvillo tenga el acceso prohibido al Recreativo, exclusivamente. No está precintado, por lo que tanto el Racing Portuense -en la figura de Fernando Soto, secretario en funciones- y el propio Ayuntamiento, son los únicos que pueden entrar al recinto de Valdelagrana.
Posiblemente, la acción judicial no haya sino acortado los tiempos en la intervención de un estadio que sigue bajo el convenio racinguista.
Una vez liquidado el Racing -se puede alargar hasta un año- otorgará plenos poderes a Impulsa El Puerto, actual propietario de las instalaciones y terrenos circundantes, tras quedar invalidado el convenio de 50 años firmado el 19 de febrero de 1991.
- Ayuntamiento
Mientras, en una posición predominante pero cuanto menos incómoda, el papel del Consistorio debe servir de intermediario a la hora de descongestionar el cierre. El Ayuntamiento, informado desde el primer momento por el Juzgado de lo Mercantil de todos los movimientos judiciales, encarna la figura del que debe hacer velar y respetar la Justicia y por otro lado, solucionar un problema de ubicación.
Las conversaciones mantenidas y los lazos tendidos para mediar en llegar a un acuerdo satisfactorio para las tres partes, provocó el encuentro celebrado en Jerez el pasado 31 de octubre. Tras dos horas cara a cara con Yolanda Morales, sirvió para plasmar un efímero principio de acuerdo, pudiéndose, entonces, jugar los encuentros de ese fin de semana. Éste quedó suspendido hasta nuevo día tras no gustar que se aireara ciertos detalles y se diera como sellado, un acuerdo que debía tener varias citas más.
La entrada y posterior aprobación de la moción por parte de todos los portavoces municipales a que se hiciera efectivo la cláusula quinta del convenio (reservar al Ayuntamiento el derecho a utilizar el estadio en cualquier momento), lejos de encontrar un acercamiento, ha enfriado aún más la relación existente. Todos los grupos políticos apoyaron la iniciativa, siendo el del PP, el único, el que quiso que se incluyera a esa propuesta introducir a “otros clubes deportivos de la ciudad“.
La semana arranca sin noticias, de momento, en el avance en un sentido u otro. La misma pudiera empezar a provocar el movimiento de fichas y a ofrecer soluciones ante un asunto encasquillado.