La Inspección de Trabajo de Jaén han intensificado este año su presencia en la Feria de San Lucas en busca de empresarios, colectivos, asociaciones, cofradías y trabajadores que no estén dados de alta por el trabajo que realizan. La medida ha provocado el malestar entre todos ellos por el exceso de celo que se ha puesto este año, máxime cuando Jaén presenta la tasa de paro más elevada de España, que supera el 40 por ciento según la última encuesta de población activa, mientras se suceden los casos de corrupción política, cobro de sobresueldos y desvíos de fondos de los Expedientes de Regulación de Empleo fraudulentos.
En este sentido, el presidente de la Asociación de Caseteros de Jaén, Manuel Bueno, defiende que todos los trabajadores estén dados de alta en la feria o en cualquier actividad, algo que desde la asociación asegura que se lleva a cabo, si bien considera injusto que alguien pueda recibir una sanción, que llega hasta los 6.000 euros, porque la madre del hermano mayor de una cofradía se acerque un día a la caseta a preparar unas migas. “Se pide el título de manipulador de alimentos hasta a los que están vendiendo los tickets”, cita Manuel Bueno.
Además, recuerda que cualquier cofrade debe estar debidamente documentado como miembro de la cofradía para acceder a la barra y coger una bebida u ofrecérsela a otra persona. Por otro lado, el presidente de los caseteros, lamenta que los requisitos a cumplir en materia de empleo para los inspectores de trabajo llegaron muy tarde. “Algunos los recibieron la semana pasada, a unos días de que comenzara la feria y para arreglar todo el papeleo se necesita un tiempo mínimo”, añade.
De este modo, los caseteros, aunque reiteran la necesidad de cumplir con la legislación vigente, se muestran molestos por lo que consideran “afán recaudatorio” por parte de la administración. Y pone el ejemplo de multas de hasta 4.000 euros por encontrar colillas de tabaco dentro de las casetas de la feria de Jaén.
