26 de junio de 2009. El Racing Portuense aún no conocía si finalmente iba a admitirse a trámite la demanda concursal. Contextualizada la fecha, se presentaba Lolo Prado. Días de incertidumbre que apaciguaba el anuncio con su contratación.
Su fichaje, en suspense hasta días después, sirvió para el retorno de un futbolista emblema y respetado. Más que un jugador de fútbol, años después, su imagen y todo lo que representa vuelven a servir para motivar e ilusionar. La historia se repite.
Llega de nuevo a Valdelagrana. En su comparecencia ante la prensa, lo ha vuelto a reafirmar con sus palabras: “vuelvo a mi casa”.
Cuatro años más tarde se repite la liturgia de su presentación. En aquel entonces, volvía a su club. Nada ha cambiado. Ahora retorna con un mismo discurso y con mismos objetivos. Mismos deseos, misma sinceridad y mismo compromiso. El capitán viene a “sumar”.