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Huelva

Cobos Wilkins clausura el curso en el club de lectura de la cárcel que lleva su nombre

El escritor onubense lleva trece años visitando la prisión

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Terminó el Curso escolar 2012/2013 en el Club de lectura Juan Cobos Wilkins del Centro Penitenciario de Huelva, dependiente del Centro Andaluz de las Letras (C.A.L.) con la visita del titular del mismo el escritor de Minas de Riotinto Juan Cobos Wilkins. El último libro que los internos del centro penitenciario habían leído había sido El mar invisible y Juan gentilmente quiso compartir esta jornada de literatura con los miembros de su Club.
Después de casi trece años visitando las instalaciones del Centro Penitenciario podemos asegurar que Juan se siente como pez en el agua en las instalaciones del área socio cultural de la prisión onubense, allí saluda a profesores y funcionarios y sobre todo a los internos de su club.
Una vez situados en el   Área polivalente unos 40 internos oyeron las explicaciones de Cobos Wilkins acerca del libro, de cómo se empapó de sentimientos, de sonidos, de visiones en la vieja prisión de la Avenida Federico Molina, para lo que le dieron un permiso especial. Allí, durante unas horas,  pudo sentir las penalidades sufridas por tantos homosexuales españoles apresados por el mero hecho de serlos por culpa de una ley de peligrosidad social que lo permitía. Pudo sentir los golpetazos de los enormes cerrojos que innecesariamente, por lo enorme que eran,  “chapaban” cada una de las puertas de cada una de las celdas y todo ello con el ánimo de hundir más si cabe al interno. Muchos de los internos asistentes reconocieron haber sentido como se les helaba la sangre cada una de las veces que lo oyeron.
El libro fue muy admirado por los lectores, se le hicieron al escritor muchas e interesantes preguntas que Juan, que al principio reconoció no recordar muy bien por no haberlo releído desde que lo había publicado, más tarde tuvo que reconocer que se acordaba mucho más de lo que al principio se imaginaba. Posteriormente y viendo el enorme interés que el libro había suscitado entre los internos sugirió que lo trabajasen e hicieran el guión de una obra de teatro a partir del mismo, lo que fue muy del agrado de los asistentes.
Juan fue enormemente aplaudido por todos los asistentes y disfrutó tanto como los internos participantes de su Club de Lectura y del Módulo 12, de respeto.
Posteriormente un interno leyó unos versos dedicados al escritor y que a Juan les encantaron, recibió un regalo de cerámica realizados en los talleres terapéuticos del Centro Penitenciario onubense y con un fortísimo aplauso se dio por terminada la jornada y el curso escolar. El curso que viene dado el enorme éxito que este taller de literatura tiene entre los internos, el Centro de Educación Permanente Miguel Hernández Gilabert vuelve a ofertarlo como Enseñanza no formal.

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