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Huelva

Alguien no entiende aquí

Sergi volvió a apostar ante la Ponferradina por el juego de toque en un campo con cortas y estrechas dimensiones

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Se dice que de errores aprende uno, pero si después de fallar no realizas un análisis crítico quizás sea difícil que puedas mejorar. Llevamos 37 jornadas disputadas y uno puede tener una forma de jugar y moldearla dependiendo según con qué equipo jugar o en qué escenario. Estadios como el del Lugo, Alcorcón, Sabadell, Mirandés o Huesca son lugares especiales por sus estrechas y cortas dimensiones. Sitios en los que apostar por un fútbol más directo, por banda y de batalla en el centro del campo, pero como ha quedado demostrado ya en esas cinco plazas allí no se puede jugar como el Barcelona. Aparte de no tener a Iniesta o Xavi.
    El Recreativo de Barjuan saltó el pasado sábado al estadio de El Toralín para enfrentarse con la Ponferradina con la idea de aguantar con la posesión y encontrar espacios en un campo en el que lo que apetece es pegar un patadón para delante. Más si cabe si se analiza el gol en el minuto 5 de Yuri, que bastó para deshacerse del Decano. Una defensa lenta con Manolo Martínez y Ruymán como centrales, adelantaron líneas, perdieron un balón por no jugarlo en largo en el centro del campo y en el contragolpe llevado a cabo por Yuri sólo tuvo que cruzarla ante la salida de Cabrero. Un tanto temprano como ya ha pasado en otras seis ocasiones ante Mirandés (en Liga y Copa del Rey), Elche, Lugo, Sporting de Gijón, Girona y Guadalajara. En total 17 puntos desechados por la ‘parra’ inicial.
    Pero el choque ante la Ponferradina tiene más que analizar. La alineación fue sorprendente. Apostar por el juego de toque situando a Zamora como pivote defensivo para que luchase los balones aéreos con los arietes Yuri y Mayor, y que le acompañen Dimas y Montoro en el centro del campo y Córcoles y Fernando Vega en los laterales no da la sensación que lo quieras es ir a por el partido. Además, dejando en el banquillo a Chuli y Berrocal para jugar en un patatal sin ‘9’, pero sí con dos hombres de banda -Aranda y Alexander- para que tengan profundidad y cuelguen balones. Pero sin delantero referencia. Una manera de ir a jugar ya desconcertante en la alineación para la afición e incluso para los propios jugadores. Ir a tener la posesión, pero con hombres defensivos. Jugar con dos balas por las bandas cuya mejor virtud es centrar al área pero sin ‘9’. Así difícil.
    Sí es cierto que tras una primera parte infumable y soporífera, en la segunda parte los albiazules mejoraron a partir de la inclusión en el campo de Berrocal y de Chuli y retrasando a Zamora al centro de la defensa junto a Manolo Martínez. Ahí se vio un equipo con chispa, que sabía a lo que jugaba. Peleó por lograr el empate y lo pudo conseguir de tener algo más de fortuna. Chuli disparó al larguero en el último minuto en la mejor jugada del Recre: un balón largo, prolongado por Berrocal y que dejó al onubense en frente del portero.

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