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Hojas de Bohemia presenta el libro ‘El encuentro perdido’

Fernando García-Sánchez: “La inevitabilidad de las religiones nos obliga a encajarlas dentro de las estructuras sociales y a exigirles su funcionalidad en pro de la sociedad”

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  • Francisco Romero acompaña al autor Fernando García-Sánchez

La librería Hojas de Bohemia acogió este pasado viernes la presentación del libro editado por EH Editores ‘El encuentro perdido. Antropología de las religiones’. Esta obra del antropólogo Fernando García-Sánchez ofrece una muy inédita perspectiva del ‘Estudio de religiones y sociedades y el diálogo entre cristianos y musulmanes’. Presentado el acto –y asimismo prologada la obra- por el profesor de la Universidad de Sevilla Emilio González Ferrín, la sesión contó además con un público que participó muy activamente en un debate final que enriqueció sobremanera el interés que siempre despierta “el diálogo islamocristiano”. Para Fernando García-Sánchez, “en este caso el enfoque del estudio se hace desde una perspectiva laica y secular y desde la utilidad de las religiones hacia la sociedad actual, dependiente de las inquietudes espirituales de sus miembros pero en contraste con dicha utilidad social. La inevitabilidad de las religiones nos obliga a encajarlas dentro de las estructuras sociales y a exigirles su funcionalidad en pro de la sociedad. Así, el único objetivo considerado para el diálogo entre cristianos y musulmanes está enmarcado dentro de su corresponsabilidad, por acción u omisión, en la situación político-social y su obligación confesional de trabajar en pro de la justicia y la paz social”.

El cuerpo de este estudio está dividido en dos partes que interaccionan y que completan el enfoque expuesto: una general, ‘El estudio de Religiones y Sociedades’, donde se ofrecen diversas consideraciones necesarias en el marco situado, y otra, más específica, que trata directamente ‘El diálogo entre cristianos y musulmanes’ desde diferentes ámbitos. Y es que, en palabras de García-Sánchez, “estudiar una religión o una sociedad, como cualquier otra investigación antropológica, es bucear en pensamientos, ideologías y creencias. Consiste, por una parte, en intentar dilucidar y describir las particularidades que presentan, y por otra, procurar descifrar qué mecanismos humanos, individuales y sociales son los que la ponen en marcha. Para alcanzar estos objetivos desde el ideal científico, tendríamos que transformarnos “en el otro” durante el periodo de trabajo de campo de un sistema neurológico y de su experiencia exclusiva, acción imposible que nos invita a colocarnos en la posición más equivalente que pudiéramos y fuéramos capaces de asumir”.

Para el profesor González Ferrín, “en España, la coherencia y la trayectoria científica de un intelectual se mide en años de estatismo, como entre los brahmanes de la India. Por lo mismo, y a la contra, un viejo rockero, antropólogo, comprometido con el etéreo y metafísico problema del lenguaje de la trascendencia, tendría las puertas abiertas en universidades no brahmánicas. Porque Fernando ha llegado a las mismas conclusiones que Blaise Pascal acerca de los silencios del universo, que los neoplatónicos alejandrinos acerca de la sinfonía del universo o la simpatía anímica entre los seres, o que Sartre y su existencialismo humanista, sin que ello implique seguimiento, acatamiento o siquiera acuerdo con ninguna de estas corrientes de pensamiento. Simplemente, Fernando forma parte de ese grupo selecto de intelectuales que le dan las vueltas a las cosas. Y de ahí mi valoración científica del autor”.

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