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España

El temporal de viento y lluvia para el torneo

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  • José Manuel Lara seca el palo justo antes de que anunciaran la suspensión.
  • Golf. Volvo Masters
La fuerte e incesante lluvia, a veces también acompañada de viento, fue la protagonista principal ayer en el Volvo Masters, ya que la segunda jornada se ha visto suspendida, después de que sólo tres profesionales, el gaditano Álvaro Quirós, el inglés Nick Dougherty y el defensor del título, Justin Rose, que se tuvo que retirar por el fallecimiento de su abuelo, consiguieran finalizar el recorrido.

Y es que en Valderrama cayeron en doce horas, 46 litros de agua por metro cuadrado, que han obligado a suspender el juego a las 12.08 horas dejando a 42 jugadores en el campo, doce que aún no habían empezado a jugar, y sólo tres con la vuelta completa.

En este sentido, David Garland, director de operaciones del circuito europeo y director del Volvo Masters, explicó la imposibilidad de seguir compitiendo. “Esta mañana teníamos pronóstico de lluvias, y esperábamos que el fuerte viento arrastrase la lluvia en unas tres horas, pero cuando ha llegado el frente se ha hecho más fuerte y el viento ha disminuido, razón por la cual la lluvia ha sido constante”.
“Ha caído mucha más lluvia de la esperada, inicialmente parecía que se abría una ventana de claros en unas 3 ó 4 horas, pero un frente proveniente de Portugal se ha unido al que teníamos encima y, por eso, las lluvias son tan fuertes”, comentó calificando el césped de “injugable”.

La decisión de suspender el juego definitivamente se tomó a las 15.10 horas, por lo que se reanudará de nuevo hoy a las 20.30 horas desde el lugar donde lo han dejado. “Necesitamos tiempo por la mañana para preparar el campo, dependemos de los daños que sufra esta noche, pero tenemos una enorme confianza porque el equipo de mantenimiento de Valderrama es realmente bueno”, zanjó.
Hoy los jugadores deberán reanudar el juego donde lo han dejado e irán saliendo los que no han comenzado para disputar la segunda jornada.

Tras conocerse la noticia, el malagueño Miguel Ángel Jiménez consideró la decisión como una muestra de sentido común puesto que ni siquiera “debería haberse empezado a jugar”. “Los golpes más problemáticos eran en el borde del green, allí la bola estaba sucia y llena de barro, el campo iba empeorando y las condiciones al final eran brutales, ha recibido demasiada agua”, lamentó.

Otra edición pasada por agua
El golf entendido como un deporte basado en un paseo placentero se ha convertido en una actividad extrema, casi de supervivencia, en la historia de los Volvo Masters disputados en Valderrama, en cuya última edición, la vigésimo primera, no podía faltar un aplazamiento por lluvia y fuertes vientos.

Pese a las importantes lluvias que no cesan desde la madrugada anterior, Valderrama estará listo para recibir la recta final del torneo, como ha ocurrido en multitud de ocasiones desde que el inicio de este torneo, en 1988.
Desde esa fecha raro ha sido el año en que las inclemencias meteorológicas no han destrozado las ilusiones de los aficionados y de los mejores jugadores del Viejo Continente en el último torneo de la temporada. En estos meses de finales de octubre el área del Valle del Guadiario sufre habitualmente los peores temporales del año, que penetran directamente desde el Estrecho.

Mientras Valderrama es zarandeado por un fuerte temporal de Poniente, con rachas de viento de 60 kilómetros hora y lluvia incesante, los nostálgicos aprovechan para recordar todos los incidentes provocados por la suma de fuerzas del viento y la lluvia desde 1988, en el origen del torneo.

El último viernes maldito se vivió hace tan sólo dos años. El líder entonces, el valenciano José Manuel Lara, caminaba por el cuarto hoyo de Valderrama, concentrado y seguro en el Volvo Masters, cuando inesperadamente se desató un temporal de lluvia y viento. Lara naufragó en medio de la tempestad, mientras que Sergio García lograba sobrevivir.

En la edición de 2004, el viernes de la segunda ronda amaneció soleado sobre Valderrama. Por la tarde se fue oscureciendo el cielo y a las 17.15 horas el juego tuvo que ser suspendido debido a una tormenta con aparato eléctrico. La lluvia interrumpió, asimismo, la jornada siguiente.
Un año antes, también la segunda ronda se aplazó por culpa de una ventolera infernal.

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