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Benedicto XVI proclama Doctor de la Iglesia a San Juan de Ávila

La delegación española presente en la proclamación estaba encabezada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general del PP, Maria Dolores de Cospedal

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  • Benedicto XVI -

El Papa Benedicto XVI ha proclamado Doctor de la Iglesia al español San Juan de Ávila junto a la alemana santa Hildegarda de Bingen durante la Celebración Eucarística de apertura del Sínodo de los Obispos de la Nueva Evangelización y ha destacado que San Juan de Ávila que vivió en el siglo XVI fue un "profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, estaba dotado de un ardiente espíritu misionero".

   La delegación española presente en la proclamación estaba encabezada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general del PP, Maria Dolores de Cospedal. Además, cientos de fieles han peregrinado desde España para estar presentes en la proclamación. Además, un total de 62 están presentes, entre ellos, el presidente de la CEE, cardenal Antonio Maria Rouco Varela.

   El Pontífice ha remarcado que San Juan de Ávila "supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad" al ser "hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica" y añadido que el nuevo doctor de la Iglesia español "se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia".

   Durante la Misa presidida por el Papa ha sido inaugurada la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tiene como tema 'La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana'. En su homilía ha remarcado que esta temática "responde a una orientación programática para la vida de la Iglesia, la de todos sus miembros, las familias, las comunidades, la de sus instituciones" y tal evento se refuerza por la coincidencia con el comienzo del Año de la fe, que tendrá lugar el próximo jueves 11 de octubre, en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II.

   Benedicto XVI ha reflexionado sobre la 'nueva evangelización' y la ha relacionado con la evangelización ordinaria y con la misión ad gentes porque ha resaltado que "la Iglesia existe para evangelizar" así como ha destacado a las dos figuras luminosas que ha proclamado Doctores de la Iglesia, san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen "también en nuestro tiempo el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia un nuevo impulso para anunciar la Buena Noticia, un dinamismo espiritual y pastoral que ha encontrado su expresión más universal y su impulso más autorizado en el Concilio Ecuménico Vaticano II".

   Asimismo, el Papa ha remarcado las dos 'ramas' especificas de la evangelización, por una parte, "la missio ad gentes, que es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun no conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación" y por otra parte "la nueva evangelización, orientada principalmente a las personas que, aun estando bautizadas, se han alejado de la Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana."

   También ha agregado que la Asamblea sinodal que hoy se abre esta dedicada a esta nueva evangelización "para favorecer en estas personas un nuevo encuentro con el Señor, el único que llena de significado profundo y de paz la existencia; para favorecer el redescubrimiento de la fe, fuente de gracia que trae alegría y esperanza a la vida personal, familiar y social".

   Por otra parte, el Pontífice ha subrayado que "que el matrimonio constituye en sí mismo un evangelio, una Buena Noticia para el mundo actual, en particular para el mundo secularizado" y ha agregado que "la unión del hombre y la mujer, su ser 'una sola carne' en la caridad, en el amor fecundo e indisoluble, es un signo que habla de Dios con fuerza".

   En este sentido ha reconocido que "lamentablemente y por varias causas, el matrimonio, precisamente en las regiones de antigua evangelización, atraviesa una profunda crisis" y ha agregado que "el matrimonio está unido a la fe, no en un sentido genérico" sino que el matrimonio "como unión de amor fiel e indisoluble, se funda en la gracia que viene de Dios Uno y Trino, que en Cristo nos ha amado con un amor fiel hasta la cruz".

   Benedicto XVI también ha subrayado que existe "una evidente correspondencia entre la crisis de la fe y la crisis del matrimonio" y que la Iglesia "afirma y testimonia desde hace tiempo" que el matrimonio está llamado a "ser no sólo objeto, sino sujeto de la nueva evangelización" y ha reiterado "una de las ideas clave del renovado impulso que el Concilio Vaticano II ha dado a la evangelización es la de la llamada universal a la santidad, que como tal concierne a todos los cristianos".

   En esta línea, ha destacado que "los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones" ya que ellos son, también de forma particular, "los pioneros y los que impulsan la nueva evangelización" porque "con su intercesión y el ejemplo de sus vidas, abierta a la fantasía del Espíritu Santo, muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o incluso hostiles" e invitan a los creyentes a vivir con alegría la fe, esperanza y caridad y a descubrir el 'gusto' por la Palabra de Dios y los sacramentos, en particular la eucaristía.

   Al finalizar, el Papa ha encomendado el inicio de los trabajos de la Asamblea sinodal con "el sentimiento vivo de la comunión de los santos, invocando la particular intercesión de los grandes evangelizadores" entre los cuales ha recordado con afecto al beato Juan Pablo II, "cuyo largo pontificado ha sido también ejemplo de nueva evangelización".

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