La candidatura de Juan Carlos Camas a la Secretaría General del PSOE-A de Jerez se pone como principal objetivo convertir a esta formación política en “aliada” de una ciudad con la que a su juicio se ha producido un “divorcio” que se tradujo en el resultado electoral de las municipales de mayo de 2011.
Camas pretende poner en marcha un proyecto desde la base, dejando claro que la suya no es una candidatura promovida desde “un despacho de Madrid, de Sevilla o de Cádiz”, sino que es fruto de “muchas conversaciones” con otros tantos militantes socialistas.
De hecho, el proceso de configuración de ese equipo de trabajo se encuentra abierto, partiendo de la base de que el modelo se busca se corresponde con el de un liderazgo “compartido y colectivo” que huya del “personalismo”.
En esta su primera comparecencia como candidato a la Secretaría General del PSOE-A de Jerez, Camas evitó hablar de corrientes en el seno del partido. No en vano, aseguró sentirse “reflejado” en los resultados que han venido definiendo “un proyecto político” y unos “equipos directivos” en los diferentes procesos congresuales celebrados estos últimos meses por los socialistas, hasta el punto de que admitió que sus “referentes” políticos actuales son Alfredo Pérez Rubalcaba, José Antonio Griñán e Irene García.
En clave local, Camas lamentó que la ciudad esté “sumida en la tristeza” provocada por el equipo de Gobierno, lamentando que el grupo socialista no haya “definido aún su estrategia de oposición”. “En determinadas ocasiones parece que le cuesta encontrar el encaje adecuado y eso, en ocasiones, ha podido dar lugar a que se traslade a la opinión pública la imagen de que no ejerce con la contundencia que debiera su papel como principal partido de la oposición”, explicó.
Bajo la ‘sombra’ de Gadir Solar
Juan Carlos Camas fue apoderado de Gadir Solar, la empresa que recibió más de 28 millones de euros en ayudas públicas mientras Antonio Fernández ocupaba el cargo de consejero de Empleo y que el pasado marzo terminó promoviendo un ERE para sus 196 trabajadores. El proyecto no llegó a cumplir tres años de vida a pesar de la importante inyección económica recibida desde la Junta. La empresa estaba vinculada al sector de las energías renovables y desembarcó en la provincia tras la marcha de Delphi, al amparo de las ayudas públicas. Los sindicatos CCOO y UGT llegaron a hablar de “desvío de fondos” cuando se produjeron los despidos.