Con este discurso, al que le seguirá un histórico recorrido en tren desde Filadelfia hasta Washington con el que Obama quiere dejar su estela de cambio y esperanza, comenzó oficialmente ayer sábado la celebración de la investidura de Barack Obama como 44 presidente de EEUU, el primero negro de la historia del país.
Antes de comenzar el viaje, durante el que Obama recibirá sin duda un gran baño de multitudes, el presidente electo se dirigió a los cientos de personas congregadas en la estación de la calle 30 de Filadelfia y aseguró que “la Revolución de EEUU no terminó cuando se silenciaron las armas de los británicos”.
Sus palabras tuvieron una especial resonancia al ser pronunciadas en Filadelfia, donde, según dijo, “comenzó la aventura de EEUU”, en referencia a que fue precisamente en esta ciudad del estado de Pensilvania donde se declaró la Independencia y donde se promulgó la Constitución.
Obama se refirió a los problemas que afronta EEUU en este momento –una “economía que se tambalea”, dos guerras abiertas– y dijo que estas situaciones “pueden ser nuevas, pero las soluciones no lo son”.
“Lo que se requiere es la misma perseverancia e idealismo que demostraron nuestros padres fundadores. Lo que se requiere es una nueva declaración de independencia, no sólo de nuestra nación, sino de nuestras propias vidas. Independencia de ideología, de pensamiento, de prejuicios y de fanatismos ruines”, dijo Obama.
Terminado el discurso, Obama inició un viaje en tren desde Filadelfia hasta Washington, en el que le acompañan su esposa, Michelle y sus dos hijas, Sasha y Malia, así como por un grupo de amigos e invitados.
El recorrido, que se lleva a cabo en un tren contratado de la compañía Amtrak, denominado en inglés Whistle Stop Train Tour, en alusión al silbato de las antiguas locomotoras a vapor, está inspirado en el que hizo Abraham Lincoln en 1861, pero a diferencia de lo que hizo el presidente 16 de EEUU, esta vez el tren parará en la ciudad de Wilmington (Delaware).
En esta ciudad de Delaware, el estado que presume de ser “el primer estado” de la Unión, Obama recogerá al vicepresidente electo, Joe Biden, y su familia.
El tren llegará a Union Station en Washington sobre las 19.00 hora local (00.00 GMT del domingo). Todo el recorrido se llevará a cabo en medio de una seguridad sin precedentes, a pesar de que las autoridades aseguran que no existe ninguna amenaza contra el presidente electo.
Según las autoridades, “miles” de agentes de 40 departamentos policiales vigilaron ayer la ruta de unos 220 kilómetros entre Filadelfia y Washington.
En el tren viajan un total de 41 estadounidenses de a pie que han sido invitados porque, durante la campaña, compartieron sus historias de lucha con Obama.
Último discurso radiofónico de Bush
Mientras, el presidente saliente de EEUU, George W. Bush, advirtió ayer, en su último discurso radiofónico, que el mayor peligro para el país sigue siendo el sufrir otro atentado terrorista, por lo que, dijo, no se debe “bajar jamás la guardia”.
En su tradicional alocución de los sábados, Bush, quien abandonará en tres días su cargo tras ocho años en el poder, aseguró que EEUU “está ahora más seguro” que hace siete años, cuando ocurrieron los trágicos atentados del 11-S en Nueva York, Washington y Pensilvania, en los que murieron casi 3.000 personas.
Pese a ello, destacó, “la amenaza más seria para nuestro pueblo sigue siendo otro atentado terrorista”, ya que, advirtió, “nuestros enemigos son pacientes y están decididos a atacar de nuevo”.
En opinión de Bush, EEUU “no hizo nada para buscar o merecerse este conflicto” que derivó en su insistente “lucha contra el terror”, batalla que el presidente saliente, como ningún otro antes de él, abanderó en este país y también en el exterior.
Pero, dijo Bush, a raíz de los atentados del 11-S, a EEUU se le ha dado “responsabilidades solemnes, las cuales debemos cumplir”. “Debemos mantener nuestra determinación. Y jamás debemos bajar la guardia”, insistió Bush, en un mensaje a Barack Obama.