La compañía Proyecto Platea lleva a escena en Ronda uno de los clásicos indispensables del teatro español, ‘Bodas de Sangre’, de Federico García Lorca, una obra “necesaria”, según destaca rotundo el director del montaje, Marcos Marcell, “porque Lorca es necesario e imprescindible”.
El actor y director rondeño, miembro de la Academia de las Artes Escénicas de Andalucía y de la Academia de las Artes Escénicas de España, mantiene con esta propuesta su compromiso con la calidad, con un montaje fiel al texto íntegro de la obra de Lorca y con una escenografía cuidada hasta el extremo para trasladar al espectador a la sociedad de un pueblo de los años 30 del siglo XX.
Con la puesta en escena de ‘Bodas de Sangre’, Proyecto Platea se reafirma en el compromiso con el público de la Serranía.
–Cuando hablo del compromiso con la calidad, hablo de ofrecer a los espectadores de la Serranía obras que normalmente no se suelen hacer, tanto por el tipo de producción como por el tipo de texto, porque hay obras que son demasiado grandes para un director sin un equipo que lo apoye, porque un director sin su equipo desde luego no es nada. Puedo tener una idea de un gran espectáculo en mente con un gran elenco, me refiero a un gran número de participantes necesario, pero sin el equipo en el que yo tengo que delegar eso es inviable.
Soy un gran defensor del teatro amateur, igual que del profesional, porque creo que el tejido amateur es el que da vida realmente al teatro con mayúsculas, partiendo de la base de que la mayoría de los espectáculos que se hacen en el mundo son por compañías amateur, por lo tanto hay que respetarlas, cuidarlas y ese tejido de teatro aficionado hay que fomentarlo y ayudarle.
¿Cómo es ese equipo?
–En el caso de Proyecto Platea tengo un equipo que me soporta y que me aporta todo lo que yo no puedo hacer. Tengo vestuarista, escenógrafa, una regidora que se encarga de todo el proceso de ensayos, de la organización con los actores, y otro equipo de producción. Hemos tratado siempre de ofrecer un espectáculo de calidad en el que cuidamos todos los aspectos.
Para nosotros el compromiso con la calidad es un compromiso con el respeto al texto. En nuestro caso, casi siempre hemos hecho todos los textos íntegros, a veces me dicen ¿estás loco? Sí, estamos locos, pero es nuestro compromiso. Tratamos de ser muy rigurosos, también hemos hecho cosas separadas del original, pero en el caso de la compañía grande tratamos de ser muy rigurosos, siendo de alguna manera historicistas. Nuestra propuesta va muy acorde en vestuario, en iluminación, en música, en el espacio sonoro con el contexto histórico, temporal y social en el que la obra se desarrolla.
Nuestra vestuarista ha investigado y el vestuario que nosotros presentamos es prácticamente clavado al de esa sociedad de un pueblo de principios de los años 30, y ha buscado materiales gráficos en los que inspirarse y las prendas más adecuadas para estos personajes.
El tratamiento de la luz lo trabajamos mucho, yo vengo de la escuela de José Carlos Plaza. Siempre se ha dicho que pone muy poca luz en sus espectáculos, y yo también he bebido de esa fuente. En el que el movimiento y la luz hacen un todo, la acción de los personajes se funde con esa iluminación.
El espacio sonoro también está muy cuidado. Tratando ya no solamente de que sea acorde a la escenografía, sino a la interpretación y a lo que se está representando. Es un esfuerzo que hacemos, que hago yo en este caso, bastante grande. Buscar y buscar hasta que encuentro algo con lo que inspirarme para ponerlo en escena y que mis actores estén trabajando en consonancia con ese espacio sonoro, que no sea disonante.
Con respecto a la escenografía, no pretendemos hacer alardes escenográficos, no dejamos de ser una compañía semiprofesional, pero si tenemos la oportunidad de ser rigurosos y de mostrar ese núcleo de convicción dramática en el que todas las fuerzas de la creación de la pieza confluyen en un mismo punto, hacemos un esfuerzo especial.
Con respecto a los textos y a los autores, aunque tenemos una escisión de la compañía, que es la Pequeña Compañía de Proyecto Platea, con la que hacemos piezas mucho más modernas, sí que tratamos de poner sobre las tablas obras más clásicas, clásicos universales como ‘Bodas de Sangre’, igual que hicimos con ‘El enfermo imaginario’ de Molière, con ‘Otelo’ de Shakespeare y con ‘La Casa de Bernarda Alba’, también de Lorca, que fue nuestra primera gran producción.
¿Por qué ‘Bodas de Sangre’?
–Porque es necesario, porque ‘Bodas de Sangre’ no solamente es ‘Bodas de Sangre’ y es maravilloso, recordemos que el Centro Dramático Nacional lo hace cada cinco años. Porque Lorca es necesario, porque Lorca es importante, grande, universal e imprescindible. Para nosotros, Lorca en esta escuela -porque recordemos que la compañía nace de la escuela- siempre ha estado presente, se le reverencia, podríamos decir que es el lar de nuestra escuela, el espíritu que guía nuestra escuela. Desde el primer momento hemos puesto para trabajar en clase textos de Lorca, no solamente los textos más clásicos del teatro realista, sino también textos vanguardistas de lo que era Lorca. ‘El público’, ‘Así que pasen cinco años’, piezas irrepresentables de alguna manera, siempre está presente en nuestra escuela y nos hemos hecho el firme propósito de trabajar todo lo que podamos de él.
¿Cómo se llega al público con una obra de teatro como ésta?
–Con Lorca ocurre una cosa. Cualquier tema que toque está siempre presente, pero no solamente desde el punto de vista localista, porque somos españoles o porque somos andaluces, es universal. La historia de 'Bodas de Sangre’, sí, es difícil, porque viene de una historia muy rocambolesca que pasó en Almería, aunque está tratada de manera diferente, es más poética y más artística, pero es absolutamente atemporal y podría ocurrir en cualquier parte del mundo. Las pasiones que sufren estos personajes, esta historia podría ocurrir perfectamente en un poblado esquimal, porque los seres humanos sufren las pasiones, da igual de dónde sean y dónde estén. Y esta historia es muy universal. Habla de la pasión frustrada, aunque se tocan muchos más temas.
Yo decía el otro día que a mí me inspiró mucho una frase de Virgilio, “Trahit sua quemque voluptas”, “Cada cual tiene una pasión que lo arrastra”, inconfesable o no, pero todos tenemos algo que nos hace en algún momento perder los estribos y dejarnos llevar. Y dejarnos llevar por la pasión, y esto fue lo que me inspiró. En este montaje tenemos alguna sorpresa que no se ha puesto nunca en escena. No lo voy a contar, porque me gustaría que lo descubrieran los espectadores, pero sí que facilitamos un poquito conocer a la protagonista con algo que de manera sorpresiva ocurrirá en mitad de la función. Esa historia que parece un poco difícil va a ser entendida perfectamente.
Como director trato de que el espectador sufra aquello que se llama la catarsis. Recordemos que para Lorca esto era una tragedia, aunque todo el mundo decía que era un drama, y la tragedia se basa en la catarsis, en sufrir esas pasiones, en identificarse con el personaje. Ese sufrimiento, ese ‘pathos’, sufrirlo en el patio de butacas y una vez sufrido entender si esto me conviene o no para mi vida, es lo que pretendía la tragedia griega. Te aseguro que lo conseguimos, es un montaje duro, áspero en el que se ha trabajado mucho la interpretación, los silencios, el subtexto, la escucha activa, la comunicación entre los personajes, más allá de soltar parlamentos vacíos de contenido a veces.
¿Qué se puede decir de los personajes?
–Podríamos decir que todos somos nosotros, es decir, todos tenemos alguno de todos los personajes dentro. En mi puesta en escena he querido dar especial protagonismo a la madre, siempre se ha discutido si era el personaje de la novia el protagonista o era la madre. Yo he querido dar más protagonismo a la madre, sin dejar de ceder su protagonismo a la novia, he querido resaltar mucho el papel de la madre. Es un personaje dolente, para mí es un personaje muy interesante, el dolor de una madre que ha perdido a un hijo, que no se recupera nunca, es un dolor infinito y perpetuo, y eso me interesaba mucho. Eso es lo que he tratado de reflejar, no el amor de un hijo hacia la madre, sino el amor de una madre y el recuerdo hacia el hijo que no está, esa herida que no cura. Ese sufrimiento materno y quería ponerlo en valor, ese miedo por el hijo que te queda vivo y que no le pase nada, y esa certeza de que sí que le va a pasar, sabiendo que le va a pasar y no poder pararlo por mucho que intente mantener a su hijo en casa, ella sabe y tiene miedo de que va a correr la misma suerte que su marido y su otro hijo, que fueron anteriormente asesinados.
¿Y qué se puede destacar del elenco?
–Si hay algo que tengo que destacar de mis alumnos es su constancia y entrega. Los actores de esta compañía saltan al vacío confiando en mí ciegamente y eso es algo que como director agradezco mucho. El elenco artístico que tengo está en su punto máximo de interpretación. Mis actores están en un punto de compromiso artístico consigo mismos impresionante. Hay una calidad interpretativa, calidad en la escucha, una capacidad de compromiso con sus personajes tan absolutamente increíble que me siento muy afortunado. Y es muy importante decir que no solamente los protagonistas. Esa madre como está trabajando, esa novia, ese Leonardo, ese novio, el padre de la novia, son todos, la luna, la mendiga, los invitados a la fiesta, hay tal nivel de compromiso que hacen que esta obra vuele muy alto. Está en un nivel interpretativo muy alto pero sobre todo por el compromiso de estos actores, la entrega, la confianza que han tenido en mí como director, se dejan guiar, se dejan llevar, se animan a saltar, lo han tenido bastante difícil, porque suelo dar mucha libertad a mis actores, cuando están en clase les exijo que creen por sí mismos, les doy directrices, les digo dónde tienen que llegar pero no les digo cómo tienen que hacerlo. Pero en este caso no les he dado esa libertad porque yo tenía muy claro lo que quería. En este caso he sido muy claro y muy directo, y ellos no han protestado, han ido por donde les he pedido, y estoy tan satisfecho con su trabajo porque han conseguido lo que yo quería. Estoy muy orgulloso de mis alumnos, de mis actores, porque ellos hacen que los sueños de esta compañía, que el valor de esta escuela suba y que el público pueda disfrutar de estas maravillas.
Después de ‘Bodas de Sangre’...
–Después de esto es la gran pregunta. Sí, hay ya decisiones tomadas y probablemente nuestra próxima producción sea algún clásico español del teatro del Siglo de Oro, porque tenemos muchas ganas, es otro de nuestros intereses, traer el teatro clásico español en verso.