En principio, la organización del evento habría encontrado la colaboración de una familia que, desinteresadamente, les habría cedido un local de forma temporal para poder vender los dulces.
En concreto, la nueva sede se ubicaría en la esquina de las calles General Castaños y Prim. Con ello, se podrán vender los “miles de kilos de dulces”, por los menos “para recuperar el dinero puesto de antemano por los responsables del evento.
La organización había recurrido a la Delegación de Feria y Fiestas, que dirige Inmaculada Nieto (IU), y a Alcaldía para que les cediera un local, pero el propuesto, la Escuela de Derecho, “está en obras y no está en condiciones para albergar alimentos”.
De todas formas no es la primera vez que el Ayuntamiento se olvida de este evento benéfico. Eso sí, la organización aclara que, “a pesar de que el año pasado hubo problemas, la verdad es que ha sido algo inesperado, creíamos esta vez no iba a ocurrir”.