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¡Ahí va el marrano!

Rompió monte a su manera. Más montecillo que monte, realmente

  • Ahí va el marrano. -

Rompió monte a su manera. Más montecillo que monte, realmente. No brotó de entre las jaras y la maleza, sino que irrumpió por los bajos de una espiral de alambre. Y fue a cumplir a pleno asfalto, no entre la tierra y una arboleda. Ante el objetivo de la cámara de un Smartphone en lugar de un punto de mira.

Un marrano se paseó por el barrio de las Fuentezuelas la pasada semana y rápido se entero todo Jaén gracias al tiempo en que vivimos, en que todo se viraliza vía WhatsApp y redes sociales. No fue la voz de un perrero en la sierra quien cantó la presencia del bicho, sino un jiennense anónimo al que seguramente se le cortó de cuajo la digestión al ver transitando los cuatro jamones y su pelaje áspero. No era un rayón ni un jabato medianejo, sino un marrano de cierta importancia.

El efímero video nos lo mostró campando cuesta abajo, y queda la incógnita de su deambular por la capital del Santo Reino en esa zona de Jaén que se solapa con el campo y nos recuerda que esta ciudad que se expande a los pies de Santa Catalina tiene mucho de rural porque toda ella se circunda de olivos y naturaleza.

Por eso no debe extrañar que un marrano se dé un garbeo por las calles de Jaén, al igual que el año pasado un zorro compareció en la puerta de Urgencias en el Hospital y hace diez años un caballo tordo se paseó por el Gran Eje hasta que lo amarraron cerca de la farmacia de Membrado. Cerca de donde ha aparecido el marrano proliferan los conejos, y a veces saltan al paso de corredores y ciclistas por la Vía Verde. Visto lo visto, raro es que no suceda lo mismo entre zancada y zancada y algún día los corredores se topen con una piara de jabalíes y la Vía Verde se reconvierta en un sucedáneo de encierro de San Fermín. Porque este animal, con todos los respetos, acojona y mucho. Sobre todo si muestra las navajas que presiden su boca y que provocan auténticos destrozos en el campo.

El periplo de este cerdoso por Jaén rescata el recuerdo de “El Solitario”, el jabalí más famoso de la literatura venatoria. Aquel cuyas aventuras en la sierra de Andújar constituyen el libro más preciado del mundo de la caza, donde Jaén es escenario allá por Sierra Morena y que fuera escrito por Jaime de Foxá. Una novela que es pieza de coleccionista cuyo protagonista está perpetuado en forma de monumento en piedra tallado por Luis Aldehuela en mitad de ese camino mágico que nos lleva y nos trae al encuentro con la Virgen de la Cabeza. La patrona de los monteros en España. 

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