Hace poco tiempo, Javier Milei asumió el cargo de presidente en Argentina. Su asunción no estuvo exenta de polémica debido a las ideas del famoso político argentino. A pesar de todo, en su discurso inicial, Milei ya advirtió sobre la futura situación económica que su país podría enfrentar si no se toman medidas concretas y contundentes, según su primera estimación.
Algo ya conocido de sobra porque Argentina lleva varios años en una situación económica que no termina de arrancar. Aún así, el nuevo presidente hizo hincapié en un término desconocido para aquellos que no se pelean día tras día con los números ni son profesionales. Milei pronunció la palabra "estanflación". Fue entonces cuando muchos se preguntaron qué quería decir ese término y por qué de repente era tan temido.
La estanflación es un término que fusiona estancamiento e inflación y emerge como una rara y compleja situación económica en la que una economía experimenta simultáneamente altas tasas de inflación y un bajo crecimiento económico. Este fenómeno, que desafía las expectativas convencionales de la teoría económica, ha sido objeto de análisis exhaustivos y debates.
Se presenta como una situación compleja y desafiante, ya que la inflación y el estancamiento económico son fenómenos que normalmente se consideran opuestos. Mientras que la inflación implica un aumento generalizado de los precios de bienes y servicios, el estancamiento económico se caracteriza por un crecimiento económico lento o negativo. La coexistencia de estos dos problemas puede generar una combinación perjudicial para la estabilidad económica.
¿Cuáles son sus causas? Existen varias causas potenciales que pueden dar lugar a la estanflación. Una de ellas es la falta de oferta agregada para satisfacer la demanda. También, las crisis energéticas han sido históricamente vinculadas a episodios de estanflación. Los aumentos abruptos en los precios del petróleo, como los ocurridos en la década de 1970, pueden conducir a un aumento generalizado de los costos de producción, resultando en una combinación de inflación y estancamiento. En la actualidad, las guerras en Ucrania e Israel no ayudan a estos dos condicionantes, además de existir una cierta crisis derivada que hace subir los precios del petróleo y combustibles.
Hay ejemplos de esta rara y delicada situación económica. Uno de los episodios más conocidos de estanflación ocurrió en la década de 1970 en Estados Unidos. Durante este período, la economía experimentó un aumento significativo en los precios del petróleo, generando costos de producción más altos. Este choque de oferta contribuyó a la estanflación, ya que los precios aumentaron mientras el crecimiento económico se desaceleraba.
Otro ejemplo se encuentra en la economía japonesa en la década de 1990. Japón experimentó un período de estancamiento económico acompañado de deflación, un fenómeno inverso a la inflación. Aunque no sea un caso clásico de estanflación, demuestra la complejidad de los desafíos económicos y cómo pueden manifestarse de diversas maneras. En la actualidad, la India está sufriendo el mismo problema.
Para salir de la estanflación, se requiere una combinación de medidas estructurales y coyunturales, que dependen de las causas y las características de cada caso. Algunas de estas medidas pueden ser: mejorar la competitividad de la economía, fomentar la innovación y la productividad, reducir el déficit público y la deuda externa, controlar la oferta monetaria, flexibilizar los mercados laborales y de productos, diversificar las fuentes de energía, aumentar la transparencia y la confianza, y coordinar las políticas económicas a nivel internacional.
