El féretro con sus restos mortales abandonaron la catedral católica a hombros de agentes de la Royal Gibraltar Police a las 16.20 horas, rumbo a la plaza en la que se ofició el funeral. Precedida por la banda de gaiteros y escoltada por los scouts y miembros de Saint John Ambulance, la marcha fue avanzando hasta el altar, donde el ataúd llegó a manos de soldados del Royal Gibraltar Regiment.
Queriendo dar su último adiós a monseñor Caruana, se dieron cita en su responso familiares, amigos y personalidades de ambos lados de la frontera, destacando al gobernador, Sir Adrian Johns y su esposa, el ministro principal, junto a su esposa y todos sus ministros, el líder de la oposición, Joe Bossano, con los miembros de la coalición socialista liberal, el juez supremo, el speaker del Parlamento, altos cargos del Regimiento y entidades gibraltareñas y una nutrida representación de las distintas religiones que conviven en el Peñón.
Del lado español de la frontera asistieron además de una amplia delegación de religiosos, encabezada por el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, el delegado de Exteriores en la comarca, Julio Montesinos, y representantes del consistorio linense.
Tras el funeral, los restos mortales de monseñor regresaron a la catedral católica de Santa María la Coronada, donde desde ayer tarde descansa en la cripta junto a los obispos que le precedieron en el cargo.