Y en pleno investidura`s Show, múltiples anuncios de aumento de impuestos. Y a pesar de que se tiene conocimiento de quienes a la política se dedican más de una persona se pregunta: ¿Es que las personas que viven de la política local se les va la “olla” con las subidas de impuestos? Y es que ya se han adoptado acuerdos para que suba todo: El agua, el IBI urbano y rústico, circulación de vehículos… También la tasa de residuos sólidos (Argisa-Mancomunidad), nada menos que un 46%, que dicen regula una ley que comenzó a tramitarse en 2021, la Ley de Residuos y Suelos contaminados. En esto, que viene llamándose economía circular y que entró en vigor en 2022, pero que se aplicará en 2024. Cabe hacer algunas consideraciones: A) Que no la paga quien produce los contaminantes, sino quienes los usan . B) Que además ya se paga un plus al comprar las bolsas de plástico, se suponía para su reciclado. C) Que por obligación se adquiere los productos en envases de plásticos (que están autorizados), ya que en los mercados no se pueden comprar en otros. -¡Pero oiga! Que todo está justificado por la aplicación de la ley. -Y le pregunto, si legalmente debía aplicarse a la entrada de la ley 10 de abril de 2022, más de un año, ¿por qué no se hizo? Y si era preceptivo aplicar la subida hace más de un año ¿incurriría en responsabilidad quien no lo aplicó? - No desvaríe criatura ¡Son directivas Comunitarias! – La misma pregunta ¿es que quienes legisla en el Parlamento Europeo no son de carne y hueso? ¿Quizás seres de otras galaxias? Por muy adormecido que crean, las personas que viven de la política, de que está el “pueblo” y lo mecen con las nanas de las investiduras, eso de meter la mano en el bolsillo, solo de las personas contribuyentes, despierta al más pintado de este letargo onírico en el que se “sueña” que quien gobierna lo hace a favor del “Pueblo”.
Y las personas que se despiertan sobresaltados porque van a ser más “recaudados” que ayer, se preguntan: ¿Es que esas gentes políticas no son como ellas? Y recuerdan el monólogo del judío, que magistralmente Shakespeare creara en el Mercader de Venecia, porque: “Un judío ¿no tiene ojos, no tiene manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿No se alimenta de lo mismo? ¿No lo hieren iguales armas? ¿Acaso no sufre de iguales males? ¿No se cura con iguales medios? ¿No tiene calor y frío en verano e invierno como los cristianos? Si nos pinchan ¿no sangramos? Si nos hacen cosquillas ¿no reímos? Si nos envenenan ¿no morimos? Y si nos ofenden ¿no nos vengaremos?” Y claro parece, al observar cómo se conducen, que quienes atosigan con impuestos al “pueblo” no forman parte del mismo. No parecen tener ni la menor idea del calvario que viven a diario miles de familias para llegar a fin de mes. Como se ponen sus sueldos, muy por encima de eso que se llama Salario Mínimo Interprofesional, pueden comprar ropa, comida, viajar, darse algún que otro capricho, pagar sanidad y educación privada… ¿De verdad piensan que su estilo de vida es el mismo que la mayoría de pensionistas, personas en desempleo o con empleos en precarios, que deben atender las necesidades más básicas de las personas que con ellas conviven? ¿No saben de las subidas de los precios?... No lo saben a ciencia cierta, porque si de eso supieran comprenderían, que el “queso” no se puede seguir rayando so pena de dejarse la piel de los dedos en el rayador. Después, sólo después, caerán en la cuenta de que les sale sangre.
Si a cualquier persona le parece obvio que el panorama no está para seguir “ordeñando” al pueblo ¿Cómo es posible que las personas que viven de la política no se den cuanta? Tontas no son, más bien listas, espabiladas. Y ya que están dotadas de esa inteligencia natural ¿Por qué actúan de forma tan poco inteligente? Hay quien llega a pensar que, precisamente porque de la política viven, dineros deben recaudar. Pudiera no ser así, pero las decisiones, en plenas apreturas, de subirse los sueldos, aumentar las nóminas de cargos de confianza, contratar de quien se sospecha sabe más que calla, ¡de verdad!, no ayuda en nada a desmontar la conclusión. Por otro lado la coherencia, que ha abandonado a la política hace mucho tiempo, estalla incoherentemente dentro del mismo partido que allí pide supresión de impuestos, aquí los sube, y en otro lado, el mismo partido arremete contra el gobierno de distinto color que los sube. Un conjunto de contradicciones políticas que permitirían preguntarse si cada cual dentro del mismo partido ¿actúan en función de sus bolsillos? Estamos a tiempo de que aquellas personas que dicen dedicarse por vocación a la política reconsideren la marcha que se lleva en las administraciones que dirigen y mirando más allá de las reelecciones convengan en asumir que la situación, económico-social y también política, de este país requiere de activar, al menos en lo local, el espíritu del artículo 128 de la Constitución, y que “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad” quede subordinada al interés general, porque no es posible seguir sangrando al “pueblo”.
Fdo Rafael Fenoy