Hace unas semanas, las redes empezaron a revolucionarse hablando del cambio de gestor del cementerio que pasaba de la parroquia de San Paulino al Obispado y, por tanto, las decisiones que se tomen en nuestro último habitáculo, las tomaría un señor de Madrid que vive en Cádiz. En la calle ya se oye que los precios han subido una barbaridad, y que hay “muy poca vergüenza” por parte del obispo de la Diócesis. Si esto es verdad, está claro donde hay que invertir en los próximos años, en una incineradora.
Los cementerios son comunes en toda España y suelen ser gestionados por los ayuntamientos, siendo un importante ingreso económico, ya que pocas cosas hay más seguras en esta vida que el propio final de ella. Por ello, invertir en empresas que trabajen por la futura muerte del vivo genera, a la larga, importantes beneficios económicos y, con ello, todo lo demás, dinero, riqueza y engaños. Sin embargo, aún quedan parroquias en la provincia que gestionan este servicio, cada vez menos, ya que poco a poco han sido absorbidas por el Obispado gaditano.
El amor al dinero es uno de los mitos que se han fraguado muchas veces en la Iglesia, cuando esta sigue el ejemplo de servir al prójimo desde la humildad y pobreza. Pero estos dogmas no siempre se llevan a cabo y provocan que la feligresía se vaya alejando de las Iglesias que veían antes al párroco como un filósofo de la moral que te daba consejos en la vida para poder ser mejor personas y que ahora no son capaces de generar esa confianza. Además, noticias como las de esta semana, donde hablan de un sacerdote que forzaba sexualmente a mujeres y las grababa en video, que ha sido descubierto por la denuncia de su novia, unido a esa tendencia tan nuestra de generalizarlo todo “lo que hace uno es porque lo hacen los demás”, pues ya tenemos otro golpe moral en la línea de flotación de este barco llamado Iglesia.
Y es que la crisis en la religión cristiana se veía venir cuando el sacerdote más conocido de este país deja de ser el Padre Mundina, amante de las plantas, a favor del Padre Apeles, amante de Yola Berrocal. Por cierto, lo último que he leído del Apeles es que se ha convertido a capitán reservista del ejército de Tierra. Ahí lo dejo. Como para estar tranquilos en un conflicto armado.
La verdad es que es duro comprobar que la familia que pierde un ser querido tenga que pasar primero por el dolor y luego por el saqueo por parte de seguros y obispado, para después volver a pasar por un último asalto a mano armada, el del Estado. Si además hay patrimonio que heredar, lo que se dice, un tres en uno. Y todo eso teniendo en cuenta la confianza en la honorabilidad de las partes. Mejor no pensar que en este recorrido aparezca el típico listo que te la da con queso ante los escasos conocimientos de los pasos a seguir por parte de la familia. Esta misma semana, también me ha llegado noticia de que ha habido agentes de seguros que aumentaban sus comisiones duplicando las pólizas de los fallecidos. Increíble, ¿verdad? No pasa nada, todo se soluciona orando en misa todos los domingos.
Tendremos que estar alerta a ver qué giro van tomando los acontecimientos, y que la muerte nos pille lejos. Gastarse todo el dinero en disfrutar de las posibilidades que nos da la vida de manera sana y respetuosa que luego cuando te vas al cajón, todos quieren vaciarte los bolsillos