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La antigua torre defensiva que ahora vigila las estrellas

Algarrobos, olivos y pinsapos rodean a esta torre vigía, que se encuentra a las puertas del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves

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  • El observatorio. -

Ubicada en la localidad malagueña de Yunquera, la antigua torre defensiva de este municipio sirve de sede a la empresa Astrolab, donde los "astroprofes" -como se hacen llamar- María H. Jurado y José Antonio Jiménez realizan observaciones astronómicas y dirigen una escuela digital para divulgar las curiosidades del universo.

Algarrobos, olivos y pinsapos rodean a esta torre vigía, que se encuentra a las puertas del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves. La zona destaca por su baja contaminación lumínica, lo que hace de este un lugar ideal para observar el cielo.

De hecho, su emplazamiento ha jugado siempre un papel fundamental en la historia de esta construcción.

Erigida hace más de dos siglos, se usó como punto estratégico para que las tropas españolas vigilaran el avance del ejército napoleónico durante la Guerra de la Independencia española. Sirvió años más tarde de cárcel, para luego caer en desuso hasta los años 90, cuando se restauró.

La actividad de Astrolab se inicia en el año 2016, cuando abre al público la torre y el telescopio para que la gente pueda "poner el ojo y hacer lo que hacía Galileo hace 400 años", comenta Jiménez a EFE.

Desde entonces, su proyecto siempre ha tenido una doble vertiente. La parte práctica, realizando observaciones astronómicas desde la zona superior de la torre, y la divulgativa, a través de la escuela a través de internet, en la que imparten clases a hispanohablantes de varios países.

CÚMULOS, NEBULOSAS Y ESTRELLAS DOBLES

Tras subir por una estrecha escalera de caracol, las personas que asisten a la observación práctica llegan a la cubierta de la torre donde antes se situaba un gran cañón. Ahora, sentadas alrededor de un telescopio y con una luz muy tenue, los asistentes escuchan las explicaciones de Jiménez, que hace un repaso de todo lo que se alcanza a ver con los ojos en el cielo.

Conforme avanza la noche y durante las dos horas que dura la actividad, las personas se van acercando a observar por el ocular del telescopio, mientras Jurado va susurrando a cada uno cómo y de qué manera deben mirar para poder localizar los cúmulos, las nebulosas o las estrellas dobles que brinda la noche cerrada.

Albireo es una de estas dobles, que Jiménez marca con un puntero láser y que a simple vista parece ser solo una y tener un color parpadeante. Pero es el telescopio el que desvela que son dos y que por la temperatura de cada una se muestran de color azul y amarillo.

La Nebulosa Anular de la Lira, que se conoce también como objeto Messier 57, concentra a continuación las miradas de los aficionados a la astronomía que participan en la observación. La nebulosa, de tipo planetaria, nos muestra las fases finales del ciclo de una estrella.

Entretanto, a modo de juego, comienzan a enumerar los avistamientos de estrellas fugaces, que superan la decena rápidamente. El Gran cúmulo de Hércules, a una distancia de unos 25.000 años luz, hace de nuevo reorientar el telescopio para poder observar esta enorme acumulación de estrellas.

"Nosotros trabajamos con la naturaleza y entonces no podemos enseñar lo que nos apetezca. Podemos enseñar lo que el cielo esa noche, a esa hora, tiene disponible", explica María H. Jurado.

CLASES PARA HISPANOHABLANTES

Las clases por internet se imparten en riguroso directo una hora a la semana y se dividen en dos grupos por edades, haciendo una adaptación de las materias a tratar. Los estudiantes de altas capacidades encuentran también unas clases específicas para ellos.

Jurado indica que el perfil del alumnado es "desde los 6 años en adelante, teniendo entre ellos catedráticos, jubilados, ingenieros o psicólogos. Son personas curiosas, no conformistas, que se ponen a ello".

Y añade que "es muy gratificante" poder acercar la astronomía a los aficionados y "acompañarles en la evolución por ese aprendizaje".

Como ha ocurrido en otros casos, el origen de esta formación a través de internet fue la pandemia. Anteriormente realizaban talleres y charlas presenciales en diferentes espacios, pero esto se transformó en una escuela digital que para Jiménez es la puerta que tienen "para cambiar el mundo".

"Inspiramos hoy para construir el mañana, buscando ese momento de inspiración y de abrir la mente que tiene la astronomía", subraya.

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