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Ucranianos Unidos estrena un nuevo local en el que podrán recibir las clases de español

Hasta ahora la barrera idiomática está siendo un lastre para poder encontrar trabajo y el espacio de la nueva sede les permitirá cumplir uno de sus deseos

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Una nueva etapa, nuevas ilusiones y, sobre todo, la posibilidad de que en el próximo mes de agosto se empiece a hacer realidad uno de los principales sueños que tenían desde que hace casi año y medio llegaron a la provincia de Cádiz: poder aprender español con una profesora nativa de Ucrania.

En efecto, la Asociación de Ucranianos Unidos ha dado un paso importante de cara a su futuro con el alquiler de un nuevo local en la calle Chopo que le va a permitir, por un lado, tener el espacio suficiente para que los refugiados, tanto mayores como pequeños, puedan empezar a dar clases de español. Y, por el otro, un almacén en el que guardar toda la comida que mensualmente reparten entre sus 240 integrantes, ya que la entidad atiende a personas ucranianas llegadas desde Puerto Real, Chiclana, El Puerto de Santa María o Jerez de la Frontera.

La encargada de impartir las clases de español a partir de agosto será Ariadna Mischuk, que domina el castellano, inglés, ucraniano y ruso e incluso estuvo de apoyo de periodistas españoles varias semanas cuando se inicio el conflicto bélico. Las clases serán durante tres días a la semana para dos grupos de 20 personas en horario de mañana y tarde.

El presidente de Ucranianos Unidos, Slavik Kyrylenko, hablaba para este medio de este nuevo paso que se dado con el traslado al local de la calle Chopo. "Hemos abierto esta sede para intentar que los padres reciban clases de español, que es muy importante y lo necesitan para poder trabajar aquí, y también para que los niños puedan aprender. Tiene unas dimensiones más grandes y cuenta con un espacio para guardar también los productos de alimentación. Estamos más cómodos que en el anterior".

Precisamente uno de los hándicaps al que tienen que hacer frente ahora es buscar los recursos para pagar la profesora de español. "Ella está colaborando con nosotros, pero tiene una serie de gastos que tenemos que cubrirle y es necesario que busquemos ese dinero. Atenderá a 40 personas durante cuatro horas y, lo más importante, es ucraniana y nos facilitará todo mucho más a la hora de explicar todos los verbos y, además, es una profesora que conoce la Historia de España".

Y es que la barrera del idioma es lo que está impidiendo a muchos de los refugiados poder encontrar trabajo en España. "Todos tienen unas ganas enorme de incorporarse al mercado de trabajo. En la asociación tenemos gente que han sido directores de bancos e incluso personas que tenían la vida resuelta en Ucrania, pero lo han perdido todo. Nos da igual donde trabajar e incluso tenemos ofertas de algunas empresas, pero el problema surge cuando ellos nos se pueden comunicar. Con este proyecto que estamos poniendo en marcha lo que pretendemos es darles facilidades para poder entrar a formar parte del mercado laboral aquí en España. Una vez que encuentren trabajo, ya no necesitarán la ayuda de la asociación y podrán vivir por su cuenta, lo que nos permitirá acoger a otras familias", afirma el presidente de Ucranianos Unidos.

Kyrylenko afirma que el día a día sigue siendo complicado porque cada vez son más los refugiados que precisan de atención y las ayudas escasean. "Al principio de la guerra la gente era bastante más solidaria que ahora, traía más comida, pero ahora la situación ha cambiado y da la impresión de que como si ya se hubiese acabado la guerra. Nosotros seguimos buscando recursos, no nos cruzamos de brazos. Siguen viniendo refugiados y la cosa cada vez se complica más, puesto que sigue habiendo contraataques rusos y sigue siendo mucha gente la que decide dejar su pueblo en Ucrania".

Pese a todo, ellos siguen llamando a puertas y una de las últimas que se les ha abierto es de una empresa como Mercadona, que va a iniciar una colaboración aportando comida. "Me puse muy contento cuando contactó conmigo el vicepresidente del Banco de Alimentos para darme la noticia. Nos reunimos recientemente y ahora toca preparar la documentación para que en tres semanas o un mes empiece a colaborar con nosotros el Mercadona de Puerto Real. Es una gran alegría para nosotros porque su ayuda nos permitirá atender a más familias", indica Slavik Kyrylenko.  

Por última, habla sobre las noticias que le llegan desde su país tras un año y media de guerra con Rusia. "Tanto mi mujer como yo tenemos allí hermanos, primos, sobrinos y la verdad es que duro cuando todos los días escuchar alarmas, pasar misiles por arriba o ver como a tu vecino le cae una bomba..., es inexplicable lo que está sucediendo en pleno siglo XXI. Cuando hablas con ellos les notas que están tristes y que viven una vida muy apagada ante la incertidumbre de saber si mañana se levantarán o no".

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