Aunque el homenaje no comenzaba hasta mediodía, el público comenzó a aglomerarse en las aceras de toda la Gran Vía ya desde las 10 horas, muchos de ellos sin saber siquiera a qué esperaban. A su alrededor, los barrenderos municipales se afanaban en dar los últimos retoques alrededor de los múltiples equipos de televisión y sonido, ya situados para no perder ni un instante de la celebración.
A las 11.30 horas, la Policía Municipal cortó el tráfico en la calle, y los vecinos comenzaron a asomarse a balcones y ventanas, deseosos de poder presenciar el histórico acontecimiento. A los pies del edificio Metrópoli, la Banda Municipal comenzaba a afinar sus instrumentos para poner música al acto.
Puntuales, los Reyes llegaron hasta la isleta que se sitúa en la confluencia de Gran Vía y Alcalá, donde ya los aguardaba la Corporación municipal al completo, encabezada por Gallardón, los portavoces de los tres grupos --Manuel Cobo (PP), David Lucas (PSOE) y Ángel Pérez (IU)--, así como por los delegados de Gobierno y por el ministro de Fomento.
Las autoridades descubrieron el monumento al son de 'El 2 de Mayo' y 'La Gran Vía', del maestro Chueca, que la Banda madrileña interpretó como ya hiciera hace un siglo delante del rey Alfonso XIII, quien dio el primer golpe de piqueta que daría por iniciadas las obras de apertura de una nueva arteria en el centro de la ciudad para comunicar este con oeste, el barrio de Salamanca con el de Argüelles.
Y precisamente es todo el trazado de la Gran Vía lo que refleja la nueva maqueta de aluminio y bronce, que presidirá el comienzo de la calle recreando las alturas y volúmenes de la vía y con información sobre los edificios más emblemáticos de la calle.
Casa del libro
Tras las fotos, toda la comitiva puso rumbo hacia la Red de San Luis en coche, a pesar de que el buen tiempo acompañaba para darse un paseo por la avenida. En cualquier caso, los reyes no dejaron de saludar por las ventanillas bajadas del coche a los ciudadanos que les aplaudían y vitoreaban desde las aceras, algunos de ellos al son de diferentes chotis y zarzuelas y vestidos de chulapos.
Antes de dirigirse a Gran Vía 24, sede del área de Gobierno de Las Artes, sus Majestades y el resto de autoridades pasaron por La Casa del Libro, establecimiento histórico, donde charlaron con sus responsables y el Rey recibió como recuerdo una edición de las Obras Completas de Miguel Hernández, el centenario de cuyo nacimiento se celebra también este año.
A las puertas de la Concejalía aguardaban a los Reyes el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; y la delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, mientras dentro esperaba el director de ABC, Ángel Expósito, encargado de enseñar a la comitiva la exposición fotográfica del archivo histórico del diario.
En la muestra, se podía hacer un recorrido por cada una de las décadas (1910-2010) de la historia de la Gran Vía. En el Salón de Actos del edificio aguardaban ya otras personalidades del mundo de la política, la economía, la cultura y la sociedad capitalina.
El secretario general del PSM, Tomás Gómez; la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáez de Santamaría; el presidente de CEIM, Arturo Fernández; el secretario general de CC.OO. de Madrid, Javier López; la decana del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), Paloma Sobrini; el presidente de la Asociación Cultural 'Amigos de la Gran Vía', Alfredo Amestoy; el empresario Fernando Fernández Tapias; los ex alcaldes José María Álvarez del Manzano y Juan Barranco; el presidente de Madrid Espacios y Congresos, Luis Blázquez; y otros representantes de la Iglesia y del Ejército.
Además, actores, cantantes, músicos y bailarines de los que llenaron las míticas salas de teatro y conciertos de la calle, como Sara Montiel, Lina Morgan, Paco Valladares, Laura Valenzuela, María Pagés y Merche Esmeralda también asistieron al homenaje.
Asimismo, entre el público no invitado pero que acudió hasta la céntrica calle se encontraba Leandro Alfonso Luis de Borbón Ruiz, hijo extramarital del rey Alfonso XIII, cuya paternidad le fue reconocida hace seis años.
Cien años más
Antes de tomar un piscolabis, Gallardón se dirigió a los asistentes al acto indicándoles que "muchas cosas serán distintas dentro de cien años, madrileños y españoles habrán protagonizado un progreso cuya forma exacta por ahora sólo se puede entrever". "Un monarca nuevo presidirá un acto que no sabemos en qué diferirá de éste, pero una cosa seguirá inalterada: el claro afecto y la firme lealtad de Madrid a la Corona española", apostilló.
"La Corona, a cuyo estímulo debemos desde el siglo XVI nuestra consolidación como gran capital, respaldó una iniciativa que servía a ese propósito de progreso. Y cada vez que la Gran Vía ha acogido un nuevo edificio o acontecimiento novedoso, siempre ha respaldado ese avance con su presencia", reconoció a continuación el primer edil.
Y fruto del apoyo de esta Monarquía "moderna, representativa y útil, en la que confluyen los sentimientos de lealtad e identidad nacional de todos los españoles" Madrid ha podido hacer frente a sus "aspiraciones e inquietudes, que la capital siempre ha puesto a su vez al servicio de todo el país, partiendo de su propia vocación abierta e integradora, pero también del ejemplo que proporciona quien ha querido y sabido encarnar la Monarquía de todos".
"Gran Vía pudo incorporar así los últimos avances en materia urbana, económica o cultural. La Gran Vía nació como un sueño de modernidad que pronto se hizo real", concluyó el alcalde, recuperando las palabras de José Francos Rodríguez, regidor madrileño hace un siglo, quien para inaugurar las obras de la Gran Vía concluyó exhortando: "Madrileños, ¡Viva el Rey!". ¡Viva!