Un barco con 180 rohinyás a la deriva con el motor estropeado pide ayuda en aguas cercanas a Indonesia, donde se encuentra anclado desde hace varios días con falta de agua y alimentos, indicaron fuentes del movimiento prodemocrático birmano y la ONG The Arakan Project, días después del rescate de otro navío.
"Al menos un niño a bordo ha muerto y otros están deshidratados y carecen de alimentos", indicó este viernes en un comunicado el Ministerio de Derechos Humanos del llamado Gobierno de Unidad Nacional birmano (NUG), formado por políticos y activistas prodemocráticos opuestos a la junta militar de su país.
El navío partió el pasado 23 de noviembre desde las costas de Bangladés, donde cerca de un millón de miembros de esta comunidad musulmana viven en campos de refugiados debido a la persecución que padecen en su país natal, Birmania (Myanmar).
El Ministerio pidió ayuda a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y sus países miembros para los rohinyás a la deriva en el mar y solicitó que no sean enviados a Birmania, donde han sufrido "atrocidades" y no se les reconoce como ciudadanos.
En un correo electrónico enviado a EFE, Chris Lewa, directora de The Arakan Project, señaló que la embarcación se encuentra desde el lunes en aguas indonesias y que una posible ayuda podría venir de los pescadores locales, como ha ocurrido en ocasiones pasadas.
Otros dos barcos con rohinyás partieron de Bangladés a finales de noviembre, de los cuales uno con 154 personas a bordo fue rescatado la semana pasada por un navío vietnamita y sus ocupantes entregados a las autoridades birmanas.
No se sabe nada de la tercera embarcación con unos 100 rohinyás y se teme que hayan podido sufrir algún percance, según el NUG.
El destino de estos barcos suele ser llegar hasta Malasia o Indonesia, donde también padecen dificultades pero tienen más esperanza que en Birmania o Bangladés.
Al menos 1.920 personas, en su mayoría rohinyás, han partido por mar desde Birmania y Bangladés entre enero y noviembre de este año, comparados con 287 en 2021, y 119 de ellos han muerto o desaparecido, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En 2015, miles de rohinyás quedaron a la deriva en barcos durante semanas hasta que los Gobiernos de Indonesia y Malasia accedieron a que llegaran a sus costas.
Los rohinyás fueron víctimas de unas operaciones militares por parte del Ejército birmano en 2017, que están siendo investigadas por supuesto genocidio.
Birmania se encuentra bajo una junta militar que tomó el poder el pasado 1 de febrero de 2021 en un golpe de Estado que ha sumido el país en una grave crisis política, económica y social y ha exacerbado el conflicto armados con las guerrillas étnicas y milicias formadas recientemente.