Ha llamado la atención sobremanera la afirmación de la directora de El País, Pepa Bueno, revelando que entre la noticias mas vistas por los lectores el caso del espionaje de Pegasus ocupa el lugar 47. Es impresionante la distancia entre el ruido mediático y político y el interés real de los ciudadanos. Hay 46 temas que interesan más al público que el espionaje a los que la autoridad judicial -en momentos muy delicados- autorizó su seguimiento telefónico.
Un dato que avala esa percepción es la encuesta publicada por La Vanguardia. El partido socialista de los catalanes -PSC- no sólo se mantiene como primera fuerza política sino que avanza, con el liderazgo de Salvador Illa. El mas perjudicado es el partido de Puigdemont y el siguiente perdedor ese partido que una vez enamoró a los catalanes, cuando lo encabezó Inés Arrimadas, antes de su salida para Madrid. El independentismo lograría muy a lo justo la mayoría absoluta bajando de 74 a 68, la cifra que marca esa mayoría. Son aproximaciones, que sólo indican tendencias, pero que coincide con la bajada entre la población del peso de independencia para Cataluña. El 38%, por la independencia, frente a la negativa del 53%, según la encuestadora oficial catalana, 39 a 51 según La Vanguardia. La diferencia más notable en mucho tiempo. El 72% opina que el gobierno catalán no debe tener como prioridad la independencia. En 2017 -gobernaba Rajoy y se celebró el referéndum- el independentismo contaba con un 48,7% de apoyo frente al 43,7% que optaba por seguir formando parte de España. Ello explica la alharaca formada con el “catalán gate”, una oportunidad así no puede ser desaprovechada por quienes siguen manifestando que “lo volverán a hacer”. Quita toda la autoridad moral a las quejas magnificadas por necesidades del guión independentista.
Es evidente que, por mucho que los interesados estén desando hacer del caso del espionaje el punto de inflexión de la legislatura, la preocupación de la gente pivota sobre la carestía de la vida, por la subida de los productos energéticos y los bienes de consumo de primera necesidad. La inflación está haciendo estragos y su combate marcará el segundo semestre de este año. La popularidad del gobierno dependerá de la eficacia en esa lucha. No va a ser fácil la tarea porque mientras dure la guerra de Ucrania las tensiones alcistas no desaparecerán.