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Matrícula de deshonor

Humor

El humor debe tener fronteras infranqueables y debería estar siempre amparado bajo el respeto, algo que últimamente se está olvidando en esta profesión

Publicado: 04/04/2022 ·
12:45
· Actualizado: 04/04/2022 · 12:45
  • Will Smith abofetea a Chris Rock durante la gala de los Óscars. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Hoy no voy a hablar de Will Smith, creo que él ha dicho todo lo que tenía que decir, incluso más de lo que nos hacía falta escuchar. Su actitud desmedida, impulsiva, violenta e imprudente le pasará factura en su, hasta ese día, sorprendente trayectoria profesional. Unos segundos errados fueron suficientes para manchar toda una vida que él mismo se ha buscado, y que particularmente, espero pueda enmendar. Dejando clara la agresión y mi condena hacia dicha actitud, deseo entrar de lleno en este formato humorístico, valiente e inteligente del que tanto llevamos hablando en los últimos años.  

No es nada nuevo que la opinión pública se divida en bandos claramente identificables con respecto a este enfoque graciosillo que genera tanta controversia, sobre todo para quienes reciben los ataques ácidos y cínicos de los osados monologuistas tan de moda, que presumen de agudeza e ingenio a costa de ofender o los demás. Dichas ofensas, siempre amparadas bajo la etiqueta del humor, no atienden a otras razones que no sea la conseguir la gracia fácil, sin importar el daño y/o dolor que puedan causar. “Sólo es humor” y todo vale desde dicha perspectiva.

Pues no, no todo es aceptable, y no por la bofetada de Will, aunque imagino que dicha situación marcará un antes y después, o eso espero. Lo que sí tengo muy claro es que el humor debe tener fronteras infranqueables y debería estar siempre amparado bajo el respeto, algo que últimamente se está olvidando en esta profesión. Aún así, todo aquel que se enfrenta a un público, que se expone con guiones de esta índole, sabe perfectamente que existen consecuencias, y aunque nunca debería ser la violencia, ofender e insultar de forma pública, por muy gracioso que sea para el resto del mundo, puede dar pie a personas inestables, a tener momentos incontrolables del que se arrepentirán toda la vida. Cuando un cómico escribe sus parodias sabe perfectamente la intención y el efecto que podría ocasionar, incluso cómo les podría repercutir. Estos simpáticos artistas del chiste fácil e hiriente cuentan con ese as bajo la manga que se debe asumir por la risa, que está por encima de todo y de todos, y les da un protagonismo que aún sabiendo que existen límites, les merecen la pena pasar. El humor es muy amplio, pero el sentido del humor solo es uno, si no se cumple con esa premisa, particularmente, me sobra la gracia.

 

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