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Paola Medina: “Apostamos por sostener una copa de Jerez en todos los momentos”

La enóloga de Bodegas Williams & Humbert acaba de ser reconocida por la revista Decanter como una de las más prestigiosas de España

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  • La enóloga Paola Medina -

Bajo el título “Las mujeres que lideran el camino dentro del vino español”, la revista Decanter, una de las más prestigiosas del mundo dentro del sector del vino, ha seleccionado a las que considera las seis enólogas más destacadas de nuestro país. Entre ellas se encuentra Paola Medina, enóloga de Bodegas Williams & Humbert  y de quien Decanter afirma: “Una de las enólogas más célebres de España. Paola se encuentra entre las figuras que lideran la llamada Sherry Revolution y que ha insuflado savia nueva a Jerez”.  Graduada en Química, Enología y Viticultura por las Universidades de Granada, Cádiz y Madrid respectivamente, su carrera profesional empezó en Ciudad Real donde trabajó como directora técnica en la Bodega 14 viñas. Finalmente, regresó a casa, convirtiéndose en parte de la segunda generación de la familia Medina que está al frente de las Bodegas Williams & Humbert. Pese a haber nacido en una de las familias con mayor arraigo bodeguero, esto no le ha facilitado su vida laboral, desde muy joven prefirió trabajar fuera y conocer otras formas de elaborar aquello que es su pasión, el vino.

Estás ligada a una de las familias con mayor tradición bodeguera, pero ¿cómo empezó tu relación con el vino?

–Nació por pura pasión. Yo estaba estudiando Química en la Universidad de Granada,  y el aula organizó una cata, que me marcó mucho.  Eso contribuyó  a despertar en mí el interés que ya estaba ligado a esa tradición que siempre se ha vivido en la familia. Después, seguí formándome haciendo un máster en enología y viticultura en la Universidad Politécnica de Madrid, me licencié en Enología por la Universidad de Cádiz y realicé un curso de perfeccionamiento directivo en San Telmo en Sevilla.  Compaginé desde siempre los estudios con el trabajo.

¿Siempre fuiste muy reacia a trabajar en la empresa familiar?

–Siempre. Mi vida laboral comenzó fuera,  hasta que llegó la oportunidad y me propusieron incorporarme, después de reflexionar durante mucho tiempo, decidí venirme para casa a Cádiz. Lo cierto es que nunca pensé que acabaría trabajando aquí. Quería conocer otras cosas.

¿Hay algún proyecto que marcase un antes y un después en tu profesión?

–Estuve en La Mancha en un proyecto nuevo con Ignacio de Miguel, uno de mis mayores referentes, él me transmitió esa ilusión y pasión por la enología. Gracias a las prácticas del máster  pude trabajar en  Bodega14 viñas en Ciudad Real.

Respecto a los vinos de Jerez, ¿crees que  gozan del reconomiento que merecen?

–Los vinos de Jerez siempre han estado bien considerados, siempre han estado en los mejores sitios, incluso a nivel histórico y bibliográfico han estado presentes en todos los países, en la literatura y en el cine también. Hay un reconocimiento que en la actualidad seguimos manteniendo, y además contribuímos a que estén en boca de todos. A día de hoy, estamos creando y alimentando esa tendencia a querer tener una copa de vino de Jerez en todos los momentos, y eso es maravilloso. 

¿Es lo mismo ser enólogo de vinos generosos que, por ejemplo,  de vinos blancos?

–Siguen procesos de envejecimiento diferentes, se ven otros procesos que muy interesantes, y la peculiaridad del Jerez es que tienen diferentes tipos de crianzas, que en otros sitios no se dan esa complejidad en la bodega, la dificultad se traslada a otras áreas. La principal diferencia es que nosotros podemos ver durante más tiempo cómo van evolucionando esos vinos.

A la hora de elaborar los vinos, ¿cuánto hay de intuición y cuánto de control?

–Hay de todo, la intuición empieza desde el principio y el control está presente hasta el final.

Actualmente, ¿qué prima más, innovación o tradición?

–Conviven. Seguimos con la tradición e innovamos de una manera muy respetuosa, tratando de aportar valor y calidad, y eso es compatible con la tradición siempre que se vaya en el camino del respeto, elaborando vinos con elegancia y carácter.

¿Cómo ves el futuro del Marco de Jerez en los próximos años?

–Cargado de mucha energía. Hay un movimiento serio, firme y fresco en el que se está apostando por la calidad. Veo un futuro muy positivo.

¿Cómo es vuestro día a día?

–Un día normal está cargado de muchas tareas, al ser una bodega tan grande contamos con un equipo muy amplio, nos centramos en que todo esté organizado, que esté bien, y la comunicación es fundamental. Al final, se trata de catar mucho y tomar buenas decisiones. Sin equipo no somos nadie.

¿Qué se siente al  ser parte esencial de una empresa tan grande?

–Es un orgullo, y la responsabilidad al final es la que setendría en cualquier trabajo, va relacionado a la implicación que pones a la hora de desempeñar tu puesto.

¿Cómo recibiste que Decanter te nombrase una de las seis mejores enólogas?

–Muy contenta, me hizo mucha ilusión que reconociesen la trayectoria, te animan a seguir en la misma línea de trabajo. Es una inyección de energía para todo el equipo, que los vinos lleguen a donde han llegado es gracias a toda la cadena. Te sientes muy orgullosa de lo que tienes entre manos. Además, me parece muy importante que se ponga el foco en los vinos de Jerez con otras perspectivas. 

¿Quiénes han sido tus referentes?

–No podría decir uno concreto, he tenido mucha suerte en mi vida laboral, he estado rodeada de magníficos enólogos que además son amigos y amigas, es lo bueno de tener un entorno que se hace cercano con el que compartes profesión.

¿Un vino favorito?

–Un Jerez.

Por último, ¿qué objetivo tienes como enóloga?

–Ser feliz, al final cuando eres feliz todo va mejor.

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