El Juzgado de Instrucción de Molina de Segura que investiga el crimen de la pareja holandesa Ingrid Visser y su pareja Ludewijk Severin, cuyos cuerpos aparecieron descuartizados y enterrados en una finca murciana, ha citado a declarar a cinco de los seis imputados en la causa este lunes y martes.
Se trata de Juan Cuenca y los dos rumanos, Ion Valentín y Constantin Stan, considerados estos dos últimos autores materiales del doble crimen y ya en prisión; así como de Serafín Alba Luis, en cuyos terrenos aparecieron los cuerpos y sobre el que la Policía halló evidencias de su participación en el doble asesinato al existir "indicios racionales de criminalidad"; y María Rosa Vázquez, amiga de Cuenca. No así Evedasto Lifante, que declaró el pasado 1 de agosto.
Este lunes será el turno de María Rosa, De Alba y Valentín; y al siguiente día le tocará a Cuenca y a Constantin Stan. Las declaraciones están previstas a partir de las 10.00 horas.
A principios de junio los tres detenidos por el crimen de la pareja holandesa se acogieron a su derecho a no declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia y mantuvieron su inocencia. El juzgado de Instrucción número 17 de Valencia ordenó ya prisión provisional, comunicada y sin fianza para Cuenca y los dos individuos rumanos.
La misma operación tuvo lugar a finales de agosto con la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Molina de Segura, Olga Reverte, después de que el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia, José Fernández Ayuso, se inhibiera a favor de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Molina.
En este sesión los tres detenidos, que mantenían su inocencia, se acogieron también a su derecho a no declarar. Al parecer, esta nueva citación responde a que Cuenca solo ha hablado en Comisaría, a que los rumanos no han declarado nunca y para concretar algunos aspectos de sus declaraciones con el resto.
La abogada de Constantin Stan, María de la Encarnación Martínez, ha señalado en declaraciones a Europa Press que todavía se está entrevistando con su cliente y la comunicación "es complicada", por lo que ha solicitado al juez un intérprete oficial. En caso de no lograrlo de aquí al martes, ha explicado que Stan, a lo mejor, puede volver a acogerse a su derecho a no declarar.
De momento, la letrada ha destacado, no obstante, que su cliente se declara inocente de todos los hechos que se le imputan, y afirma que es todo "falso e incierto".
RELATO DE LOS HECHOS
Los hechos se remontan al 13 de mayo, cuando la pareja desembarcó en el aeropuerto de El Altet (Alicante) con la intención de pasar tres días en Murcia. Solo un día después, ambos tenían una cita médica en una clínica de la capital murciana, aunque los motivos de esta fueron mantenidos en secreto por la familia en todo momento, al entender que no era "relevante" para la investigación.
Ingrid Visser, con 1,90 metros de altura, delgada, rubia y con ojos azul claro, era muy conocida en su país porque había sido una jugadora profesional de voleibol y había representado a Holanda en más de 500 ocasiones en campeonatos, al tiempo que había sido integrante de varios equipos españoles. De hecho, de 2009 a 2011 formó parte del equipo CAV Murcia 2005.
Durante el tiempo que formó parte de la plantilla del CAV Murcia 2005 residió en Murcia con su pareja Lodewijk hasta que, en 2011, ella decidió poner punto y final a su carrera profesional. Después decidieron regresar a Holanda, pero en los últimos dos años han vuelto en varias ocasiones a Murcia para pasar unos días, porque les gustaba la Región y le tienen "cariño".
El lunes, 13 de mayo, comenzó su última visita. La pareja alquiló un coche en el aeropuerto, un Fiat Panda de color negro con matrícula 9254 GTC, con el que se desplazó hasta Murcia, donde se hospedaron en el hotel Churra-Vistalegre. Ese mismo lunes fue el último día en el que se les vio con vida: tras registrarse en la recepción del hotel, volvieron a coger el coche por la tarde y desaparecieron.
La directora de la clínica avisó a la Policía de que la pareja había acudido en otras ocasiones al centro médico y eran "serios" porque siempre cumplían con las citas.
A partir de ese momento, la Policía Nacional entendió que había un motivo para investigar una desaparición y abrió los cauces y protocolos apropiados para su búsqueda.
La Policía abrió varias vías de investigación, y una de ellas condujo a los agentes hasta una vivienda en el municipio murciano de Molina de Segura. Al llegar al lugar, la Policía Científica confirmó que ahí se había cometido un acto violento.
En base a estas pruebas, la Policía continuó con las líneas de investigación y procedió a la detención de una persona de nacionalidad española en Valencia, Juan Cuenca. En base a los datos recabados en todas las actuaciones, la Policía averiguó que en una finca de la pedanía murciana de Alquerías podían encontrar más pruebas respecto a la investigación.
Los agentes excavaron la tierra y las primeras pruebas aparecieron a 50 centímetros de profundidad. Más tarde, y a más profundidad, encontraron los restos de dos personas que, según certificaron los investigadores, correspondían a un hombre y a una mujer. Fueron detenidos tres individuos en relación al crimen.
El juzgado de Instrucción número 17 de Valencia ordenó prisión provisional, comunicada y sin fianza para los tres detenidos. Los análisis de AND confirmaron que los restos mortales se correspondían con los dos holandeses fallecidos, y los estudios forenses determinaron una muerte violenta, idéntica en ambos casos, motivada por traumatismo craneoencefálico.