La cantante checa Hanka Horka era una antivacunas convencida y por ello buscaba contagiarse de Covid para poder seguir teniendo vida social.
En Republica Checa hay que estar vacunado o pasar la enfermedad recienmente para poder acceder a centros culturales y de ocio, como bares o restaurantes, lo que pone entre las cuerdas a las personas que no se quieren vacunar.
Sin embargo, sus planes no salieron como esperaba y, tras contagiarse de coronavirus, la cantante falleció hace unos días con 57 años. Se había negado firmemente a ser vacunada, a pesar de que toda su familia lo estaba, y buscaba contagiarse para poder recibir su certificado sanitario.
Dos días antes de su muerte, Horka enviaba un mensaje optimista: "Sobreviví. Así que ahora habrá teatro, sauna, concierto, sauna y un viaje urgente al mar".
En una entrevista en la radio, su hijo, Jan Rek, que había dado positivo junto a su padre durante las Navidades, explicó que su madre siguió haciendo vida normal con ellos: "Ella decidió vivir normalmente con nosotros y prefirió contraer la enfermedad antes que ser vacunada".