A Gobierno nuevo en la Junta de Andalucía, ideas viejas disfrazadas de originales merced a variantes sobre las antiguas. Es el caso del denominado Distrito Judicial en el Prado de San Sebastián que hace ocho años presentó Zoido como sustituto de la nonata Ciudad de la Justicia en Los Gordales (junto al campo de la Feria) y que en alguna de sus opciones (llegó a tener hasta tres) incluía un largo inmueble de doce plantas de altura frente a los jardines del Alcázar, conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad, justo después de la polémica por la torre Pelli y la promesa a la Unesco, para que no le retirara el título a Sevilla, de no eclipsar ni por asomo nuestro Patrimonio Mundial.
El aún decano del Colegio de Abogados, José Joaquín Gallardo, y la decana del Colegio de Arquitectos, Cristina Murillo, presentaron a finales de enero al alcalde, Juan Espadas, y a su delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, un proyecto para un Distrito Judicial en el Prado que, en esencia, recoge el espíritu del de Zoido con diversas variantes que permitirían disponer de una edificabilidad de 135.055 m2, de los que 40.000 m2 serían bajo rasante.
Según las declaraciones de Gallardo, ambos colegios profesionales coinciden en que el Prado es “la mejor opción y la única que hace viable una construcción por fases”, ya que lo compondrían distintos edificios cuya erección no tendría por qué ser simultánea, ya que podría acometerse por fases. En este sentido, ninguna novedad respecto al complejo planteado en su día por Zoido. Como tampoco es novedoso el argumento de que se trata de una zona muy bien comunicada por transporte público, con estaciones de Metro, tranvía y autobuses.
El proyecto
En el renovado proyecto de Distrito Judicial en el Prado sustituto de la Ciudad de la Justicia en Los Gordales se prevén los siguientes edificios:
-El actual de los Juzgados de Instrucción, al que se añadiría una planta (pasar de cuatro a cinco) para conseguir un total de 15.385 m2 construidos.
-El existente de la Audiencia, que se mantendría con sus seis plantas y un total de 12.696 m2.
-Uno nuevo, de seis plantas, en el solar del antiguo Equipo Quirúrgico, con 8.536 m2.
-Otro nuevo, de la misma altura, en un solar de la Avenida de Cádiz, con 48.041 m2.
-Y aquí viene la parte más polémica de la propuesta: consistiría en permutar la parcela que existe detrás del edificio de la Audiencia y que se extiende en paralelo por un lado a la estación de autobuses y, por otro, a la Avenida de Carlos V y llega hasta la confluencia con la calle Diego de Riaño, por una franja también paralela (al otro lado de la Avenida de Carlos V) de los Jardines del Prado y hasta casi donde se alzó la demolida, tras su declaración como ilegal, biblioteca universitaria que diseñó la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid a costa de la ocupación de otro trozo de los jardines. En aquella franja verde, que equivaldría “grosso modo” a una quinta parte de los jardines y cuyo lado Oeste mira al edificio central de la Universidad (antigua Fábrica de Tabacos) se construiría un inmueble de cuatro plantas de altura y con 26.495 m2.
Compensación
Por otra parte, en la franja de suelo paralela a la estación de autobuses, propiedad de Tussam y que sería objeto de dicha permuta, se construiría un aparcamiento de tres plantas bajo rasante (15.371 m2) que daría servicio al Distrito Judicial y dicen que también al vecindario. Para compensar aparentemente la pérdida de la quinta parte de los Jardines del Prado, sobre el parking se construiría lo que llaman un parque urbano y que mucho me temo sería algo así como un espacio duro tipo Plaza de Armas con maceárboles para tratar de disimular su impacto.
El argumento de José Joaquín Gallardo y de Cristina Murillo para tratar de justificar esta amputación a los Jardines del Prado es que en este área de la ciudad ya hay suficientes zonas verdes: el Parque de María Luisa, los jardines frente a y de San Telmo, los propios del Prado y los de Murillo.
La segunda tesis es que así se evitaría lo que califican de perjuicio arquitectónico, porque en la franja propiedad de Tussam (la que se permutaría) se podría construir en un futuro un edificio de una altura máxima de doce plantas que “dejaría siempre en sombra” a la estación de autobuses del Prado y a las viviendas existentes.
Que, supuestamente, la estación de autobuses quedara a la sombra de un futurible edificio de doce plantas en sus aledaños no sé yo si más que un perjuicio sería un gran beneficio en la ciudad del calor por excelencia que es Sevilla, y máxime con el cambio climático en que ya estamos sumidos. Aparte de que como la Tierra se mueve alrededor del sol la posición de los edificios no es fija respecto de aquél ni tampoco la sombra que proyecten, si se diera validez a este argumento entonces no se podría haber construido en la ciudad, ni construir en el futuro, ningún inmueble con ese número de plantas o superior, caso de la torre de Los Remedios, de la de Bami y del hotel de la Buhaira, por citar sólo unos ejemplos.
Nuevo arboricidio
A los señores decanos de los abogados y arquitectos habrá que decirles que en una ciudad nunca hay demasiadas zonas verdes como para justificar la mutilación de los Jardines del Prado, consolidados desde hace treinta años y en los que habría que cortar al menos un centenar de árboles de gran porte sólo porque el “lobby” jurídico sevillano tiene sus intereses en torno al Prado y le parece una incomodidad suprema tener que tomar el Metro o el autobús para desplazarse a la futurible Ciudad de la Justicia al final de Los Remedios.
Además, la permuta no sería igualitaria porque la franja de los jardines tiene unos 900 m2 más de superficie que su contraparte al otro lado de la Avenida Carlos V. Se mutilaría de forma inadmisible unos jardines rompiendo su trazado regular. ¡Qué gran ejemplo para sustentar la candidatura de Sevilla como capital verde de Europa!.
Ambos decanos olvidan que con motivo del proyecto similar de amputación de la zona Este de los jardines para la biblioteca universitaria de Zaha Hadid, tanto el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía como el Tribunal Supremo fallaron a favor de los vecinos y de la recuperación y mantenimiento de los jardines. Subrayaron la importancia de las zonas verdes en cuanto que “hacen habitable y respirable la calle” e incrementan la calidad de vida de los ciudadanos.
Es más, el Tribunal Supremo dijo justamente lo contrario que los dos decanos partidarios de un nuevo arboricidio en Sevilla: recordó que la UE pide a las ciudades que además de proteger su patrimonio cultural e histórico no reduzcan la extensión de sus zonas verdes.
Esta propuesta que incluye cargarse unos 4.000 m2 de jardines con un centenar de árboles de gran porte para construir en su lugar un edificio ¿sería concebible hoy en día en una moderna ciudad de Europa y máxime existiendo la alternativa de una gran parcela vacía en Los Gordales a tan sólo 1.630 metros de distancia?
Los Gordales
Los argumentos digamos positivos que exponen los dos decanos sobre el Prado son equiparables a los que pueden darse sobre la parcela en Los Gordales: está bien comunicada (Metro, autobuses) y se pueden construir los edificios por fases. Y carece de los negativos, porque no hay que destruir ningún jardín y permite satisfacer mejor las necesidades de espacio, actuales y futuras.
Recuérdese que en su día los técnicos de la Junta de Andalucía estimaron que la Ciudad de la Justicia, en función de la población y del número de asuntos judiciales, debería tener capacidad para acoger más de 400 órganos judiciales, por lo que en los 40.000 m2 de parcela de Los Gordales se reservó una edificabilidad de casi 221.000 m2, esto es casi 86.000 m2 más que en el Distrito Judicial propuesto por los decanos del colegio de Abogados y de Arquitectura. El día que en el futuro se necesitara ampliar en el Prado ese hipotético Distrito Judicial, ¿cuál sería la solución? ¿Cortar más árboles y seguir destruyendo los jardines?