El juicio por la violación mortal en el parque de María Luisa, ocurrida en febrero del 2016, cuando una joven de 31 años fue violada y asesinada mientras se hallaba bajo los efectos de barbitúricos, se celebrará el 8 de mayo en la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla y durará tres días.
El primer día está previsto que declare el acusado, Francisco Morillo Suárez, de 46 años, para el que la Fiscalía de Sevilla pide, por primera vez, la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato y 15 años de cárcel por un delito de agresión sexual.
El 8 de mayo también están citados en el juicio los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que intervinieron en el caso.
El 9 de mayo declararán los testigos que resten por hacerlo, y el día siguiente se practicarán las pruebas periciales y se presentarán los informes definitivos de las partes personadas, según ha acordado la Sección Primera de la Audiencia.
La magistrada Encarnación Gómez Caselles será la ponente de este caso, han informado a Efe fuentes judiciales.
En este caso, la Fiscalía pide para el único acusado, además de la pena de cárcel, una indemnización de 100.000 euros para los padres y de 25.000 para la hermana, a lo que se adhirió el defensor de la víctima, el abogado Alberto Lag.
Ambas partes sostienen que el acusado, la noche del 23 de febrero de 2016, se aprovechó de la víctima porque estaba aletargada tras la ingestión de barbitúricos "con la supuesta intención de suicidarse", lo que no era la primera vez que hacía porque en otras ocasiones hizo lo mismo como "llamada de atención" hacia su entorno más cercano.
Esa misma noche llegó al parque el acusado, lo que hacía desde hace dos años y al menos en dos ocasiones al mes, para satisfacer sus deseos sexuales, según las acusaciones.
Antes de las 04.30 horas del 24 de febrero, el acusado aprovechó que la mujer estaba "sumida en el sopor" y abusó sexualmente de ella. "Una vez satisfecho su ánimo lúbrico" la dejó acostada boca abajo en uno de los bancos de la glorieta Juanita Reina del parque, explican las acusaciones.
Después se montó en su bicicleta y abandonó el lugar, donde la mujer murió desangrada horas después, concluye el relato de los hechos la Fiscalía y el abogado de la acusación particular.
El acusado pudo ser encontrado gracias a que una limpiadora guardó minuciosamente varios pañuelos con sangre que recogió en el parque, en los que se encontraron sus restos de ADN, que coincidieron con las muestras que la Policía le tomó cuando su mujer le denunció por maltrato.