José María del Nido nunca olvidará la mañana del 28 de mayo de 2002. Su primer día como presidente del Sevilla FC tras haber sido elegido horas antes por una Junta Extraordinaria de Accionistas que tenía la obligación de buscarle un sustituto a Roberto Alés. Tras la ‘espantá’ de Eduardo Romero, el letrado sevillano asumió el cargo casi por obligación.


Tomó las riendas con el equipo en Primera, en números rojos y muy lejos (en todos los sentidos) de la élite del balompié patrio. Una década más tarde, Del Nido puede presumir de haber ganado seis títulos, disputado ocho finales y ser el presidente del mejor equipo del mundo (estadísticamente hablando) en 2006 y 2007.  Casi nada.


Del poco valor que le daba a los 40 millones de euros de deuda, la famosa calderilla, a haberle devuelto la ilusión a una hinchada que nunca podrá olvidar la noche ante el Schalke 04 y el gol de Antonio Puerta, lo sucedido en Eindhoven, Glasgow, las goleadas al FC Barcelona, al Real Madrid... Desgraciadamente, los días de vinos y rosas parecen lejanos. Por culpa de esa misma arrogancia que le dio gloria a una entidad que en los últimos años no ha sido capaz de reinventarse.
Nada tiene que ver este Sevilla con el club que en 2002 dirigía Joaquín Caparrós. Todo está estructurado y organizado en torno a la figura de un presidente que poco a poco ha ido rodeándose de personas más afines. Desde los que completan su consejo de administración hasta los que, sencillamente, despachan entradas en las taquillas del feudo blanco.


Las ventas de futbolistas y el acierto en los fichajes en 2005 condicionan el análisis a diez años de gestión. Porque todo lo malo que ha sucedido en los últimos tiempos queda en un segundo plano cuando echamos la vista atrás y nos acordamos de Juande Ramos, Daniel Alves, Javi Navarro, Luis Fabiano, Kanouté, Poulsen, Palop...


Y el futuro, ¿qué le deparará? De momento trata de aglutinar poder a base de comprar acciones (las últimas, a José María González de Caldas). Apuesta por un entrenador no demasiado querido, fichajes como el de Diego López (hoy será presentado) y un proyecto deportivo tan humilde como realista. La pelotita y el Tribunal Supremo tendrán la última palabra. De momento toca festejar la primera década de mandato del mejor presidente que ha tenido el Sevilla FC.