Cuando
Elena, joven sevillana de 30 años, empezó a trabajar en aquella
agencia de viajes, jamás pensó que,
durante años, iba a perder dinero de su nómina todos los meses: “No me podía creer que un jefe fuera capaz de
engañar así a quien saca el
trabajo adelante por apenas 800 euros”, explica esta trabajadora para la que el Sindicato Provincial de
Servicios a la Ciudadanía de CCOO de Sevilla, con su
asesoramiento, ha logrado una
indemnización de más de 13.000 euros.
Y es que la empresa, entre otras
flagrantes irregularidades cometidas en el tiempo en el que la joven estuvo trabajando,
jamás le aplicó correctamente las
subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que le correspondían: “Cuando
reclamé mi derecho a cobrar el sueldo que me correspondía, la empresa
se negó alegando que nunca habíamos acordado nada de salario mínimo, y ahí fue cuando me dije que no podía quedarme de brazos cruzados. Pero, al mismo tiempo,
sabía que sola no podía hacerlo y que necesitaba asesoramiento externo”, señala Elena.
Al tratarse de una p
equeña empresa,
no es posible contar con
representación sindical (la Ley establece la representación obligatoria a partir de los seis empleados), así que Elena lo tuvo claro: “
Acudí a CCOO porque tenía referencias y sabía que me ayudarían a resolver el conflicto”.
Una salida digna
De esta forma,
el asesoramiento y el acompañamiento del sindicato en todo momento, siempre con el objetivo de alcanzar
el mejor acuerdo posible en función de las circunstancias de la trabajadora, han permitido
poner fin a esta injusticia laboral y lograr una indemnización de más de 13.000 euros “
mediante la negociación y sin necesidad de interponer una denuncia que judicialice el proceso y lo alargue en exceso”, asegura el
Sindicato Provincial de Servicios a la Ciudadanía de CCOO de Sevilla. En este caso,
el fin último del sindicato era lograr una salida digna de la trabajadora.
“Pero es que,
independientemente del problema laboral que tenga,
todo el mundo debería estar afiliado. Es una
garantía de seguridad laboral, especialmente en
sectores precarios como el del turismo, donde los trabajadores y trabajadoras
estamos en muchos casos vendidos. Además,
el trato es cercano y te resuelven las dudas que te vayan surgiendo. A mí
no me dejaron sola en ningún momento, y eso me dio
confianza para seguir hasta el final, por eso recomiendo la afiliación a cualquier persona trabajadora”, apunta Elena.