Un empresario sanluqueño sacará al mercado a mediados de este mes una nueva ginebra que pretende aprovechar la riqueza medioambiental del entorno natural de Sanlúcar de Barrameda.
De ahí que para la elaboración de Luciferi - nombre que toma del templo levantado a orillas del lago Ligustino- se hayan obtenido cinco botánicos silvestres recolectados en una finca privada que pretenden transmitir "los aromas y la esencia de Doñana". Se trata de romero, cantueso, mirto, lentisco y almoraú, unos botánicos que se suman al enebro, raíz de angélica, coriandro, azahar, cardamomo y cáscara de naranja, lima y mandarina.
"La idea me llevaba rondando varios años, pero no ha sido fácil encontrar una destiladora dispuesta a asumir un proyecto familiar", cuenta Roberto Payá, el creador de la ginebra Luciferi, de la que saldrán al mercado poco más de medio millar de botellas en una edición limitada. Las Destilerías Liber, en Granada, aceptó el encargo de este sanluqueño, y tras varios meses de pruebas dieron con la receta que finalmente saldrá al mercado donde predomina el enebro y el cítrico pero se atisban aromas de flora silvestre y herbáceos. A la hora de tomarla, y para acentuar su carácter autóctono, se recomienda añadir unos piñones frescos sin tostar y combinarla con una tónica suave o refresco de limón.
Este lanzamiento supone una contribución al mercado de los vinos y destilados de Sanlúcar, donde en la década de los años 80 y 90 las bodegas sanluqueñas dejaron de fabricar sus ginebras. "Pese al boom del gin-tonic, que dura ya diez años y no decae, me llamaba la atención que ninguna bodega de Sanlúcar sacara al mercado una ginebra", comenta Roberto Payá.
El proyecto tiene además un marcado carácter medioambiental, ya que de cada botella vendida, la firma donará un euro a un proyecto medio ambiental que se desarrolle en el entorno de Doñana, para lo que han abierto el plazo para la presentación de proyectos de colaboración.