El tiempo en: Ronda
Martes 16/04/2024  

Cádiz

Intromisión del poder estatal en lo eclesiástico: del IHS al III en la Iglesia de Santiago

Francisco Glicerio Conde-Mora analiza la simbología presente en templo de la calle Compañía, así llamado por su pertenencia a la Compañía de Jesús

Publicidad AiPublicidad Ai
  • Interior de la Iglesia de Santiago. -

En el presente artículo hablaremos de la simbología presente en la Iglesia de Santiago de Cádiz. Recordemos que este templo está situadoen la capital gaditana, en la calle Compañía, así llamadoporque su pertenencia  la Compañía de Jesús.

Orígenes de la Compañía de Jesús

Recordemos que la Compañía de Jesús fue fundada por un español, San  Ignacio de Loyola (1491-1556). La orden obtuvo la forma definitiva en Roma en 1539 a partir del voto de obediencia al papa y el proceso culminó el 27 de octubre de 1540, cuando el papa Paulo III promulgó la bula "RegiminimilitantisEcclesiae" que otorgaba la aprobación canónica.

Su lema Ad maiorem Dei gloriam (A mayor Gloria de Dios) lo podemos contemplar en su estatua en la Basílica de San Pedro del Vaticano.  Su monogramaIHS Iesus HominumSalvator («Jesús, salvador de los hombres»)— puede contemplarse en su templo principal IlGesù en la propia Roma.

Lo cierto es que los jesuitas surgen en el contexto de la Contrarreforma y fueron punta de lanza de Iglesia Católica durante la Edad Moderna. Sin embargo, en 1767,  serán expulsados de España siendo acusados de ser instigadores de los motines populares. Recordemos que un año antes había sido el Motín de Esquilache (1766) en la Villa y Corte de Madrid.

El fiscal del Consejo de Castilla D. Pedro Rodríguez de Campomanes implicaba a varios jesuitas en el motín. Lo cierto es que la total lealtad de la Compañía al Papa de Roma chocaba frontalmente con el regalismo de Carlos III siendo vistos como una quinta columna dentro del estado.

Los inicios de la Compañía de Jesús en Cádiz

En el presente artículo hablaremos de la expulsión de 1767. Sin embargo, antes de describir la expulsión debemos recordar su  establecimiento en la capital gaditana en la segunda mitad del siglo XVI. 

Para conocer los inicios de la orden fundada por San Ignacio de Loyola recomendamos la lectura de varios trabajos de Pablo Antón Solé (entre ellosLa Iglesia gaditana en el siglo XVIII)  y de Isabel AzcárateRistori  «Los jesuítas en la política educativa del Ayuntamiento de Cádiz (1564-1767)». Granada: Facultad de Teología, 1996.

Los Jesuitas se establecieron en Cádiz en 1564 nueve años después del óbito de su fundador San Ignacio de Loyola. En aquel momento reinaba en España Felipe II (1556-1598) y Obispo de Cádiz Jerónimo Theodoli. Desempeñaron una gran labor educativa en Cádiz  durante los dos siglos de su presencia.

La expulsión de los Jesuitas de España

Como anteriormente apuntamos los Jesuitas serán expulsados de España en varias ocasiones. En este artículo nos centraremos en su  primera expulsión,  en el siglo XVIII, concretamente en 1767. No fue  la nuestra la nación la única que expulsó a la Compañía de su territorio.

Como precedentes tenemos en 1759 la expulsión de los Jesuitas de Portugal por el Marqués de Pombal o en 1764 de Francia por  Luis XV (1715-1774)siendo primer ministro Choiseul.

La expulsión de 1767, durante el reinado de Carlos III (1759-1788) tendrá como principal ejecutor  al Conde de Aranda, D. Pedro Pablo Abarca de Bolea.

En total fueron deportados de España 2.641 jesuitas y de las Indias 2630, estableciéndose los primeros en un primer momento en la isla  de Córcega, (perteneciente a la República de Génova hasta 1768 en que fue adquirida por Francia).Sabemos que desde el muelle de Cádiz salieron deportados 600 miembros de la provincia jesuítica de Andalucía.

Al igual que en Portugal Francia y España, también fueron expulsados del reino de Nápoles y un año más tarde en 1768 del ducado de Parma (vinculados dinásticamente a los Borbones Españoles).

Pero Carlos III no se conformó sólo con la expulsión de sus dominios. En 1772 José Moñino y Redondo,(a partir de 1773 Conde de Floridablanca), fue nombrado nuevo embajador de España ante la Santa Sede con instrucciones precisas de lograr del Papa Clemente XIV (1769-1774) la extinción de la Compañía de Jesús. Finalmente el 21 de julio de 1773, el Papa Clemente XIV promulgó el breve apostólicoDominusacRedemptor suprimiendo la Compañía de Jesús.

Sustitución de los símbolos de la Compañía

Esta expulsión fue una intromisión del poder estatal en el ámbito eclesiástico. Y tenemos un testimonio en el templo gaditano de Santiago.

En el púlpito de la Iglesia de Santiago encontramos un “III”(3 en números romanos). Sin embargo, si nos aproximamos vemos que en realidad es una sustitución del IHS, monograma  de la Compañía por el ordinal del rey Carlos (III), tercero de su nombre  entre los reyes de España.

Tras la expulsión de la Compañía se habría pintado la I, retocando los dos palos de la H (no el central) olvidando la S (de Salvador).

Por orden de 31 de julio de 1767 se mandó poner el escudo de armas reales en los edificios de los jesuitas. En la fachada del templo que da a la Calle Compañía se ve claramente esta superposición. Sin embargo, en la fachada del templo que da a la plaza de la Catedral todavía podemos ver el IHS sobre las ventanas superiores.

Wenceslao Soto recoge en su obra Los jesuitas de Málaga y su expulsión en tiempos de Carlos III como en la capital malacitana ll Marqués de Villel preguntó el 2 de septiembre de 1768 qué hacer con los emblemas jesuíticos ( IHS ) esparcidos por todo el edificio y los sellos intervenidos . El 4 de noviembre de 1768 se le responde que debe quitar todos los “ IHS”

Recordemos los daños que la expulsión produjo en el ámbito educativo así como en las reducciones guaraníes de América del Sur. En el Nuevo Mundo, en el antiguo virreinato de Nueva Granada,  en el Seminario de San Bartolomé en Bogotá (hasta 1767 edificio de la Compañía de Jesús) también retiraron el monograma  de la Compañía “IHS”.

Lo cierto es que como hemos podido ver en este artículo en el púlpito de la Iglesia de Santiago tenemos un testimonio en piedra de la intromisión violenta del poder del estado en el ámbito eclesiástico. No fue la primera vez en la historia ni será la última. ¡Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios! Mateo 22, 15-21. A día de hoy podemos ver el monograma además de en la Iglesia de Santiago en las armas del Vicario de Cristo en la Tierra, el Papa Francisco que pertenece a la Orden fundada por San Ignacio en el siglo XVI.

 

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN