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Patio de monipodio

In-comunicación propio de territorio colonial

Andalucía no es España. Para los gobiernos españoles, muy españoles y mucho españoles, Andalucía es un apéndice molesto, soportable porque aporta costumbres...

Publicado: 27/12/2020 ·
19:10
· Actualizado: 27/12/2020 · 19:49
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  • Uno de los tramos de la SE-40 -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Andalucía no es España. Para los gobiernos españoles, muy españoles y mucho españoles, Andalucía es un apéndice molesto, soportable porque aporta costumbres y formas de hacer, carácter, que ha servido para otorgar una cierta cohesión, simular que el reino de España es una nación y disimular su verdadera condición de sólo Estado. Andalucía no interesa más que para recibir impuestos, materia prima y mano de obra cuandohagafalta y aportar una cultura hecha española por decreto. Las comunicaciones dan fe notarial de lo escrito. Y la ausencia absoluta de voluntad para remediar la falta, lo ratifica con más absoluta plenitud.


Un país bien comunicado es un país preparado que, al facilitar comunicaciones favorece también la industria y el comercio. O sea: unas buenas comunicaciones pueden acabar con el paro. O minimizarlo como muy poco. Pero a los gobiernos de las Españas eso le trae al pairo. No sólo no se acometen las obras necesarias para mejorarlas sino que se retrasan y se impiden las ya comenzadas. Y en esto no está sólo: cuenta con la inestimable colaboración del que tal vez sea “de Andalucía” pero en absoluto andaluz. Como muestras de infraestructuras truncadas para desviar esos importes a otros lugares, basten nueva línea rápida Sevilla-Santa Ana o SE-40 incluídas mentiras sobre la “baratura” del puente. En cuanto a comunicación ferroviaria, además de la citada el gobierno tiene tapones en los oídos para Villaricos; Guadix-Lorca: Corredores del Mediterráneo, Atlántico y transversal; Algeciras-Ronda; La Línea-Jerez; Sevilla-Sanlúcar-Chipiona-Rota-El Puerto; Sevilla-Huelva. Y otras.


Estructura de cercanías no existe, sólo dos líneas que circulan por la red de larga y media distancia. Sin embargo importa muy poco a las administraciones que una conurbación de millón y medio de personas necesita una buena red de metro combinada con cercanías, no existente; porque con menos de ocho kilómetros Coria quedaría a diez minutos de Santa Justa, con un eficaz servicio a Carretera de la Isla y al Puerto; que Carmona y Sanlúcar la Mayor quedarían unidas entre sí y a Sevilla en tiempo breve y su trazado es aprovechable para el nuevo y necesario a Huelva, duración que acortaría en no menos de cuarenta y cinco minutos.


Todo esto no importa. Lo que no nos importa a los andaluces es cuánto se invierte en otros sitios; ni siquiera cuánto de lo nuestro se va a esos lugares. No nos importa porque no queremos caer en la trampa tendida por el poder de enfrentarnos a otros. Los demás que tengan lo que deban tener. Pero no a nuestra costa. Una buena distribución, un tratamiento ético, no vergonzoso, ecuánime, exige repartir los medios de que se puedan contar, teniendo en cuenta que necesita más quien menos tiene, no al revés, como se está haciendo. Nos negamos a caer en la trampa de culpar a otras comunidades, la culpa, la responsabilidad la tienen quienes deberían perder la cara de vergüenza, cosa que sólo puede ocurrir a quien la tenga, cuando desprecian una vez tras otra a Andalucía, para relegarnos a españoles de tercera. Colonias hay mejor tratadas, que no vendan una condición de ciudadano que no reconocen.

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