Aunque siempre le llamó la atención el
deporte de combate al rondeño
Alejandro Ayala, no fue hasta que cumplió los 16 años cuando le picó la curiosidad. Eso no quiso decir que fuera a practicarlo desde ese momento, ya que no fue hasta seis años más tarde cuando estando en Melilla por estudios (módulo de Imagen y Sonido) empezó a hacer un poco de boxeo y un amigo le animó a apuntarse a
Artes Marciales Mixtas (MMA). “Probé varios meses y mi entrenador me animó a participar en el
Campeonato de España que se celebró el verano de 2023 en Madrid”, cuenta Alejandro.
Desde que se subió por primera vez a
pelear a un octógono hasta esa competición oficial, apenas pasaron seis meses y no más de un año y medio desde su iniciación en este deporte. Tuvo una
velada de exhibición donde le dieron “la del atún” y fue cuando empezó a saber de verdad qué “era que me pegaran”. En ese momento empezó a tomárselo más enserio, dejando a un lado la creencia de que se trataba de un juego. Al solo tener medio año para prepararse, el rondeño declara que entrenaba todos los días con gente muy buena y un mínimo de cuatro horas: “Se me daría bien y el entrenador vio algo en mi, no como mis padres quienes no estaban conformes, pensé que si voy a un campeonato nacional tenía que ir lo mejor preparado posible”.
La
fuerza de voluntad y la
estricta preparación exprés hicieron que Alejandro lograse un tercer premio que supo a oro en su primera competición oficial de MMA, luchando en la
categoría élite de -79 kilos y -35 años. “Eramos catorce, no voy a mentir, pero estaba cagado, primero me enfrenté a un francés, luego a un cabeza de serie que venía de ganar otro torneo y en semifinales duré 30 segundos porque el que me ganó me fisuró el ligamento y el tendón del codo”, expresa el luchador.
Tras esta
cita nacional, Alejandro volvió a su tierra, donde se encuentra actualmente y donde permanecerá al menos este año ya que su idea era volver a Melilla para hacer un grado superior de deporte y continuar con sus entrenamientos profesionales. Lo cual no fue posible. Sin embargo, hace algo más de un mes
ha vuelto a retomar el contacto con este deporte, pero sin tomárselo, de momento, enserio.
“Tengo
pensamiento de competir en verano que es cuando salen las competiciones si veo algo asequible y me veo fuerte”, manifiesta el rondeño que acaba de cumplir
24 años de cara al futuro. Para competir a nivel nacional no ve suficiente entrenar en el gimnasio, en el muay thai y realizar Jiu-jitsu y Grappling (pilares fundamentales del MMA) solo dos días en semana. Gracias a su hambre de combate seguro que buscará la manera de aumentar su preparación y lo veremos el próximo verano subiéndose a un nuevo pódium.