Egipto es el país que más fácilmente puede contagiarse del espíritu contestatario de los disturbios de los últimos días en Túnez.
Egipto es el país que más fácilmente puede contagiarse del espíritu contestatario de los disturbios de los últimos días en Túnez, según el escritor y especialista en el mundo árabe Juan Goytisolo, que ayer presentó el octavo volumen de sus obras completas, que reúne sus textos más periodísticos.
“Egipto podría contagiarse por varias razones: Hosni Mubarak tiene cosas en común con el dictador tunecino, la oposición se siente tan ahogada como en Túnez y está aumentado la pobreza”, señaló el escritor y periodista, que acaba de cumplir 80 años y que empezó a interesarse por el mundo árabe en los años 50, cuando entró en contacto en Francia con la oposición al régimen colonial.
Argelia es uno de los países que analiza en profundidad Goytisolo en “Paisajes de guerra: Sarajevo, Argelia, Palestina, Chechenia”, uno de los siete libros incluidos en el octavo volumen de sus obras completas, que ayer se presentó bajo el título “Guerra, periodismo y literatura”.
“Argelia también se podría contagiar, aunque es difícil predecir qué pasará. Lo cierto es que hay varios líderes en la zona que son más máscaras que personas, como es el caso de Mubarak o de Muamar Gadafi”.
En referencia a los disturbios de Túnez, Goytisolo destacó “el papel importantísimo que ha tenido Wikileaks y las nuevas tecnologías”.
“Las revelaciones de Wikileaks sobre la familia del dictador Ben Alí han sido fundamentales. Por ejemplo se ha sabido que la mujer del dictador hizo cerrar un colegio y lo puso a su nombre porque suspendieron a un sobrino suyo”, recordó.
El activismo en la red también ha sido determinante porque “Anonymous bloqueó las webs gubernamentales”, señaló Goytisolo, que también destacó el papel de “los teléfono móviles, que impide que se silencien las
noticias, como pasó durante la Guerra del Golfo o la Guerra de Bosnia”.
El escritor se mostró muy crítico con la “regresión” que vive Europa, donde “toma cuerpo una nueva extrema derecha” que “ha cambiado el antisemitismo y el antieuropeismo por la inmigración que es el nuevo fantasma de
la extrema derecha”, dijo.