Antes de nada, permítame acogerme a “la peliculera quinta enmierda” que otorga cien días de gracia para el venteado gobierno de PedroLobo y Caperucita Iglesias. Por estas latitudes estamos atravesando un enero eléctrico. De tormentas y tormentos secos. De vuelta al dry lío nos hemos reenganchado a la sequía tras un 2019 récord. 2019 ha sido el año hidrológico más seco de los últimos 77 contabilizados y mediterráneos años. Cuando se entere Gretha nos va a pregonar de lo lindo. Nuestro vecino llanito, Albert Hammond va a tener que cambiar el “Nunca llueve en el sur de California”, por un “nunca llueve en el Perchel Sur”. Y nos lo tomaremos a risa carnavalera.
2020 comienza con mucho teatro de festival y gala de premios Goya, pero también con la boca seca, por el estrés, el sabor amargo de la adrenalina producida por la incertidumbre. Hay un estado atmosférico extraño en lo meteorológico y en lo social. De momento sólo llueven turistas en patinete que hidratan la economía; ¿Cómo les vamos a dar de beber?¿Con qué se van a duchar? ¿Con once litros de pajarete contrarreloj? Para más emoción nos han encasquetado un sudoku para ahorrar en lo del recibo de la luz. Hay que ser ingeniero para calcular la hora de poner una lavadora. No se arrugue: “Quien pasa el mes de enero , pasa el año entero”. Ya le digo el vente, vente pa Málaga Pepe, viene eléctrico y entretenido.
