De la mano del tiempo

Publicado: 20/01/2020
Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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La labor de documentación de Pepa Caro ha sido y es ejemplo de rigor al haber consolidado datos fehacientes y haber contrastado la veracidad de lo investigado
En sus “Essays on Women, Literature and Theory”, Elaine Showalter afirma que “la tradición literaria femenina proviene de la relación envolvente que se da entre la mujer que escribe y la sociedad” Ligada a tal reflexión, vendría pues la manera de entender cómo cada escrito refrendaría el comportamiento empírico de las mujeres desde su ámbito vital.

Y traigo a colación estas palabras, tras la gratísima lectura de “El tiempo que llevamos dentro” (Ediciones en Huida. Sevilla, 2019) de Pepa Caro, un volumen que engarza una hilera de historias sobre la cotidianeidad femenina en el Arcos delos siglos XIII y  XIV. En aquel tiempo, el acontecer masculino se tornaba imaginario principal de cualquier narración que diera cuenta de gestas o heroicidades. Sin embargo, tras esos “guerreros” o “caballeros” honorables -o no-, había siempre una esposa que a base de abnegación, silencios y renuncias, sostenía el hogar, realizaba trabajos de todo tipo y soportaba con digno estoicismo su papel secundario.

La labor de documentación de Pepa Caro ha sido y es ejemplo de rigor y empeño al haber consolidado datos fehacientes y haber contrastado la veracidad de cuanto ha ido investigando.

Después, de cara a su proceso creativo, ella misma afirma que “he tenido que convertirme en testigo de esa época, introducirme en ella. Y sí, estos relatos cuentan historias inventadas. Son el testimonio de una colmena de mujeres que sienten, sufren, viven, festejan la vida y mueren siempre al margen de las grandes crónicas”.

    Y de gran crónica podría calificarse, en verdad, esta sucesión de 54 capítulos que se abren al lector como un universo íntimo y solidario, revelador y sugestivo. Porque la escritura es, aquí y ahora, la forma en que todos estos personajes seculares toman conciencia de sí mismos y consiguen apropiarse y reconocerse en sus propias historias. Al cabo, no importa que las protagonistas sean inventadas, porque lo que realmente se esconde tras esta ficción histórica es el reconocimiento y reposicionamiento femeninos frente al modelo patriarcal y misógino del medievo.

En su prefacio, Jesús Maeso de la Torre resalta la capacidad “imaginativa, apasionada, erudita y firme” con que Pepa Caro canta y cuenta esta atractiva saga familiar. Cabe resaltar, a su vez, la sabiduría con la que ha articulado los distintos episodios, pues el libro admite una doble lectura-bien ordenada o bien salpicando los distintos pasajes-, y la sólida y lírica palabra que rodea al conjunto: “Era tímida y silenciosa, pero tenía unos labios siempre húmedos y brillantes como una fruta al amanecer”.

     Con pluma precisa y solidaria, pues, la escritora arcense, ha querido sacar del anonimato a este nutrido grupo de mujeres. Un ejercicio de justicia, sí, que no debe hacer olvidar nunca los mecanismos y estrategias que han situadodurante siglos el espacio femenino al margen del poder político, económico y social, en contraposición a los condicionantes tan parciales y positivos con los que se ha representado a mundo de los hombres.

    Un libro, sí, para saborear frente al tiempo que llevamos dentro. Y que nos lleva, poco a poco, hacia ese anhelo llamado igualdad

 

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