Presenta un cuadro febril y síntomas de una enfermedad respiratoria, informaron fuentes penitenciarias citadas hoy por el periódico Izvestia
El líder opositor ruso Alexéi Navalni ha sido ingresado en la enfermería de la prisión donde cumple condena debido a que presenta un cuadro febril y síntomas de una enfermedad respiratoria, informaron fuentes penitenciarias citadas hoy por el periódico Izvestia.
"El condenado fue trasladado a la enfermería, donde se encuentra bajo observación del personal sanitario", señaló anoche el Servicio Federal Penitenciario (FSIN, en sus siglas el ruso) en respuesta a un requerimiento de Izvestia sobre el estado de salud de Navalni.
Horas antes, en las redes sociales del líder opositor, que se encuentra en huelga de hambre desde el pasado día 31 para exigir atención médica cualificada para tratarse de un fuerte dolor de espalda, se informó de que Navalni tenía 38,1 grados de temperatura y una fuerte tos.
Según el FSIN, al político opositor se le tomaron muestras para practicar "todos los análisis necesarios, incluido un test de coronavirus".
Navalni, de 44 años, se encuentra desde el pasado 11 de marzo en el centro penitenciario número 2 de la región de Vladímir, a unos 100 kilómetros a este de Moscú, que él calificó de "campo de concentración".
El opositor fue condenado a 3 años y medio de cárcel por un antiguo caso de estafa y lavado de dinero, pero cumplirá sólo dos años y medio, ya que se le descuentan los diez meses que pasó en arresto domiciliario y el tiempo que estuvo en prisión preventiva desde su detención el 17 de enero a su regreso de Alemania.
Navalvi, al que sistema penitenciario ha catalogado como "recluso propenso a la fuga", es despertado cada hora durante las noches para controlarlo, medida que los defensores de los derechos humanos denuncian como tortura.
El Kremlin ha desestimado las denuncias al defender estos métodos como necesarios para "preservar el orden y la disciplina" en los centros de reclusión.
La condena de Navalni, que estuvo a punto de morir en agosto pasado al ser envenenado con una sustancia tóxica de uso militar durante un viaje a Siberia, provocó a finales de enero multitudinarias protestas en todo el país, en las que fueron detenidas miles de personas.
El líder opositor ha acusado al presidente ruso, Vladímir Putin, de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).